domingo, 29 de diciembre de 2013

Heroica de la conservación - Karukinka, expedición al futuro de Patagonia

Herbert Pointing, fotógrafo de expedición de Scott
De la mano de Claudia Bobadilla, pude llegar por primera vez al Reino Unido y caminar largas conversaciones sobre Chile, la sustentabilidad y sobre todo las exploraciones por hacer para llegar a ella.

Un período tan dramático como apasionante es la Edad Heroica de las exploraciones a las Antártida, donde una serie de personajes locamente visionarios, dieron lo mejor de si mismos para acercar este lejano continente a nuestro mundo. Y abrir con ello grandes avenidas para su conocimiento y conservación.

Tres iconos de este período: Amundsen, Scott y Shackleton, reflejan tres intentos, tres formas y una serie de valores tan potentes como inspiradores. Amundsen, de origen noruego, fue el primero en llegar al Polo Sur. Fruto de una planificación acuciosa, de un celo exacerbado, su viaje fue una limpia estocada al corazón del blanco continente.

El inglés Scott por su parte, falló en alcanzar primeramente el Polo Sur y en retornar sano y salvo a su país. A pesar de ello, el bello registro de su travesía ha servido como fuente enorme de inspiración a generaciones futuras, además de gatillar investigaciones potentes en la zona. Por último, nuestro bien conocido Schackleton, marcó el cierre de este heroico período de exploraciones. Con la intención no cumplida de cruzar todo el continente, su mayor logro fue sobreponerse a la adversidad, navegar los peores mares del mundo en un falucho y conseguir ayuda para rescatar intacta a toda su tripulación. Un magnífico ejemplo de coraje, compromiso y generosidad, inspirador como pocos eventos de nuestra humanidad.

Terminando un peculiar año de mi vida, regresando de mi un aún más peculiar viaje a Londres, inevitablemente caigo en la reflexión de nuestro trabajo de conservación en Karukinka, Tierra del Fuego.

En una época de la humanidad en que enfrenta el que quizá es su más grande y más desconocido desafío: conservar la vida de nuestra naturaleza, permitiéndole brindar bienestar a nuestra raza, no puedo sino pensar en este viaje que iniciamos hace ocho años en Karukinka como una gran travesía. Un camino hacia la exploración de territorios reales y mentales, para conocer por un lado la potente natura chilena, y por otro derribar los límites (auto)impuestos para protegerla.

Imagino hoy nuestra tarea vista cien años en el futuro. Espero que antes de esos cien años podamos definitivamente abrazar la conservación de nuestra biodiversidad como la llave más importante y eficaz para abrir la puerta a nuestro futuro. Tal como en el nacimiento del trabajo antártico, nuestros pasos balbuceantes de hoy quizá sean vistos como un trabajo heroico.

En un país todavía ciego a la conservación, con escaso desarrollo humano, con exiguo financiamiento, a la vez con una tarea tan titánica como necesaria (y bella), tengo hoy la sensación que nuestro camino está siendo labrado a pulso. Con coraje, visión, entrega y compromiso por parte de nuestra gente. Con entusiasmo, desconfianza y curiosidad por parte de tantos otros. A lo largo de estos años hemos ido dando un paso tras otro. En este árido espacio nacional de sustentabilidad.

No sé cuál sea mi destino en esta ruta. Sólo espero poder alcanzar nuestro Sur. Sólo sé que hacemos lo imposible por traer a todos. Cada uno de nosotros como valioso individuo, a la vez que un nodo más de este gran equipo. Y finalmente tengo la certeza que podremos abrir esta ruta sólo si contamos con la ayuda y generosidad de muchos. Hoy la necesitamos para poder llegar a mañana.

Mi tarea para este nuevo año de mi vida es justamente esa: conseguir el auxilio necesario para completar airosamente nuestro paso en este derrotero. Para seguir avanzando. Para avanzar con todos. Para abrir la ruta a los que vienen....

Todas las fotos son de Ricardo Muza, Fotógrafo de la Expedición de Karukinka.

sábado, 9 de noviembre de 2013

Nuestro reality real de cada día: el desafío de conservar Patagonia para Chile



Suavemente acunada por el Canal Beagle, termino hoy una travesía por los fiordos patagónicos que sólo duró cinco días, pero que se sienten como toda una vida. Abordé en Natales el National Geographic Explorer, el crucero más conservacionista que existe, y navegué por estas aguas con decenas de eco-exploradores interesados en conocer, aprender y aportar al cuidado de estas tierras.




Para nosotros una oportunidad de mostrar lo que venimos haciendo desde hace 8 años en Karukinka: abriendo espacios y mentes para lograr la conservación de estos parajes, para generaciones por venir. Decenas de niños, jóvenes, investigadores, empresarios, profesores, periodistas, cocineros, estancieros, fotógrafos, forestales, abogados, guardaparques, y tantos otros visitantes han tenido la experiencia Karukinka. Han experimentado la fuerza de la conservación hecha realidad. Y cada uno de ellos…cada uno de nosotros…cada uno de los pasajeros del Ecoexplorer ha salido transformado.



Tal es el poder de Karukinka. Tal es la fuerza de Tierra del Fuego. Tal es la necesidad de la conservación. Más fuerte y más real aún que el viento patagónico.











Esperamos que cada uno de estos visitantes se transforme en un adalid de nuestra causa. Embajadores que viralicen nuestro llamado e infecten a todo el mundo de nuestra fiebre. Queremos a todos de nuestro lado. Los necesitamos a todos.


Cabo de Hornos




Ha sido una buena semana de trabajo. Siento la nueva realidad abriéndose frente a nosotros… como debe sentir el mascarón de proa de este barco de la conservación!

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Con mi norte claro, navego hoy las delicadas aguas del sur


Son las cinco de la mañana y despierto con los ojos muy abiertos, intentando distinguir el viento tras mi ventana. Estoy en medio del Fiordo Parry, uno de los espacios más bellos que provee la Cordillera de Darwin en su lado oeste, justo enfrente de Karukinka.
Desde hace unos días me encuentro navegando estos canales, a bordo de una nave de turismo, el Ecoexplorer, repleta de gente interesada, entusiasta y consciente de la necesidad de promover el conocimiento y la conservación de los sistemas naturales.

Hace unos años, gracias a que construimos el Sendero La Paciencia, logramos contactar a esta línea de cruceros, y hoy por segundo año consecutivo, ha realizado la Ruta de Patagonia, la cual incluye una navegación de varios días por estas costas tanto del lado argentino como chileno. Una de las paradas en este periplo es Karukinka, donde si el clima lo permite (lo permitirá hoy día?), desembarcamos en Bahía Jakson y disfrutamos la fauna diversa y natural que la habita.


Este viaje es siempre especial, pues su gente, los pasajeros, la tripulación, todos ellos conforman una comunidad flotante con mucho interés común. Deseosos de aprender, absorben cada detalle de información entregado. Capturan imagen tras imagen, recuerdo tras recuerdo. Mi tarea es proveerles imágenes con sentido, con ciencia, con visión de futuro, invitarlos a conectarse a esta tierra…y a este mar.






En mi caso, hace un año navegué por primera vez con ellos, y justo a mi regreso descubrí que tenía cáncer. Este viaje es el primero que realizo a Tierra del Fuego y mi amada Karukinka luego de vivir un turbulento 2013. Hoy me siento tranquila. Las aguas del Fiordo Parry mecen suavemente esta gran cuna de hierro. 





Y yo….como siempre….no puedo sino sentirme la persona más privilegiada del mundo…por ser parte de Karukinka…por estar sobreviviendo esta enfermedad…por poder compartir esto con mis gentes…por confirmar el valor del trabajo de conservación que estoy haciendo…no sólo de mi propio cuerpo, sino especialmente de este cuerpo colectivo que es el sur de nuestra tierra.

viernes, 4 de octubre de 2013

¿Para qué #@$%$ sirve la biodiversidad? nuestro problema inventado de "alergias de primavera"

Espino en flor
Cada año en las ciudades de Chile, especialmente en Santiago, son decenas de miles las personas que sufren los efectos de las "alergias de primavera"...malestar, gasto excesivo en medicamentos, impacto en la calidad de vida y trabajo de tantas tantas personas.

Dos especies de árboles son las causantes de todo este problema: el plátano oriental y el arce. Ambas especies exóticas, propias de otras latitudes, traídas y promovidas en las ciudades chilenas con quizá qué afán. Estas especies producen toneladas de polen, que son liberadas al aire y que respiramos inevitablemente durante semanas, intoxicando nuestro organismo, el que se defiende a punta de mocos, lagrimas, y secreciones de todo tipo. Muchas veces el cuerpo pierde la batalla, y terminamos con sendas infecciones bacterianas. En vez de disfrutar el fin del invierno, los alérgicos (cada vez más frecuentes) temen la llegada de la "maldita primavera", mientras seguramente las cadenas de farmacias celebran el aumento de la demanda de antihistamínicos y todos los otros remedios asociados.

Quillay
Todo este es un problema de conservación de biodiversidad, que nos inventamos artificialmente al momento de preferir especies exóticas por sobre las especies nativas para forestar nuestras ciudades, especialmente Santiago. La flora propia de esta parte del mundo: quillayes, peumos, boldos, espinos, es sexualmente más discreta y produce mínimas cantidades de polen...no es el viento el que mueve el polen entre flores (como en el caso de estos plátanos), sino que son los insectos. Más generosa y menos voluptuosa, la biodiversidad chilena ciertamente resulta más sana para los humanos que vivimos en esta parte del mundo.

Peumo con frutos
Nuestros bellos árboles nativos, además de olvidados son ÚNICOS: sólo existen en Chile. Y además de ser compatriotas, tienen la gran gracia que son siempreverdes, por lo que permanecen con hojas todo el año. Incluyendo el invierno....donde pueden aportar a capturar los excesos de CO2 que derivan de la mayor contaminación atmosférica, común en Santiago en esos meses. Por el contrario, plátanos y arces botan sus hojas en invierno, perdiendo esta capacidad de las plantas de limpiar el aire justo en el momento en que nuestra ciudad más lo necesita. Además de botar toneladas de hojas que tapan alcantarillas, ensucian, producen polvo, y otras molestas cosas que vivimos año tras año. Y una última gracia! estas especies chilenas tienen consumos de agua muy por debajo que las otras! Porque están acostumbradas al clima más bien seco de Chile central! 

Trevo en flor
Entonces....queda claro que las "alergias de primavera" son un constructo artificial y dañino, el que tal como lo construimos....tenemos la capacidad de cambiar. Cómo? desarrollando, lo más rápido y fuertemente posible, sendos programas de reforestación urbana con especies propias de Chile. Plazas, bandejones, placitas, esquinas, patios de colegios, sitios eriazos...todo debería estar cubierto por árboles chilenos: algarrobos, molles, maitenes, lingue, arrayanes! Toda nuestra magnífica biodiversidad! Toda nuestra olvidada y despreciada identidad!!!

Con esto...además de comenzar a amar el arribo de la primavera, aportaremos a la reducción de la contaminación invernal, y reduciremos los costos de regar las áreas (siempre)verdes en Santiago. O sea....el beneficio es total...no les parece? 

miércoles, 2 de octubre de 2013

¿Para qué #@$%$ sirve la biodiversidad? el caso del tuco-tuco en Tierra del Fuego

Siguiendo con la construcción de ejemplos sencillos que nos ayuden a mostrar el valor de la biodiversidad, y la importancia de su conservación, me encanta escribir de los tuco-tuco! No! no es una especie de salsa para fideos, sino que un bello ejemplo (y desconocido) de la fauna nativa.

Los tuco-tuco son roedores que viven bajo la tierra, y que son propios de América. Existen varias especies, muchas de ellas amenazadas, que básicamente hacen lo mismo: ayudan a la mantención de praderas sanas y productivas en vegetación.

Estos bellos roedores hacen toda su vida bajo tierra, donde excavan túneles, se alimentan de bulbos fundamentalmente, defecan, se reproducen, mueren. En este proceso ellos airean el suelo, ayudan al reciclaje de los nutrientes, generan espacios para comunidades de otros organismos como insectos, bacterias, hongos. Esto genera condiciones propicias para el buen desarrollo de vegetación.

Una de las actividades económicas más importantes en Tierra del Fuego es la ganadería, la cual se ha desarrollado a expensas de los ecosistemas de pradera que allí existe. Esta misma ganadería ha afectado este ecosistema generando pérdida de especies nativas (de plantas y animales, incluyendo el tuco-tuco!), arribo masivo de especies invasoras (especialmente de plantas), pérdida de suelo, lo que redunda en la disminución de su producción ganadera (entre otras cosas). De hecho, casi un 75% de esta pradera está erosionada, lo que le ha conferido a la estepa fueguina el lamentable récord de ser uno de los dos ecosistemas más amenazados de Chile.

Tierra fresca recién removida del subsuelo por un tuco-tuco
El arribo de los tuco-tuco a lo que fue su hábitat original de hecho ayudaría a recuperar estos pastizales. Ellos harían lo que hacen siempre (vivir en hoyos), dejando tras de si un legado fértil que ayudaría a recuperar la vegetación y las cosas que ella sostiene...entre otras el ganado ovino.

Lindo y necesario desafío fueguino! re-introducir poblaciones de tuco-tuco en los degradados campos ganaderos! Una innovadora idea para canalizar fondos que el Estado destina a recuperar ecosistemas productivos. No les parece?  Y lo que es mejor, el mismo principio (aunque con otras especies) sirve para múltiples y degradadas áreas, como es el caso de los cururo en la Región de Coquimbo....donde el 85% de su suelo ya no existe...con las consecuencias que conocemos de sequía, pobreza, abandono.


Fotos Eyleen Lacey

lunes, 30 de septiembre de 2013

¿Para qué #@$%$ sirve la biodiversidad? El ejemplo de Chaco

La pregunta que permanentemente está en el aire, cuando hablo de conservación es: para qué sirve la biodiversidad?! Este concepto tan intangible, a la vez que ubicuo, multifacético y multifactorial es complejo de resumir, difícil de transmitir, y complica la divulgación de su valor ... y por ende su reconocimiento.

Yo he hecho esfuerzos en este espacio para explicar qué es la biodiversidad, por qué es importante conservarla, y también entregar algunas claves sobre cómo hacer para conservarla. Esfuerzos de diverso color y envergadura hemos realizado con muchos socios visionarios! Y qué decir de los esfuerzos que cada vez con más frecuencia se realizan en Chile y el mundo en este sentido....

Aportando otro grano en este sentido, comienzo hoy una serie que espera mostrar para qué sirve la biodiversidad! Especialmente la nuestra...la de todos...

En Chaco2013 queda demostrado que la biodiversidad es fuente de materia e inspiración para la creación de arte! Ese espacio infinito de humanidad encuentra parte de su camino en natura. Siempre lo ha hecho. Incluso hoy. Incluso en Chile.

Sin biodiversidad en Chile, Patagonia o Chaco! se imaginan la amputación a la creación??! En nuestro trabajo hemos ido incluso más allá: abriendo el espacio investigativo del arte para responder la pregunta más importante de nuestra humanidad: cómo hacer conservación?

Acá una pequeña muestra de esta biodiversidad Chaqueña! Disfruten el tour!

Aves - Manuela Viera Gallo


Linda Ventana a un paisaje natural - Francisca Eluchans

Ramas - Magdalena Atria

Sobre un Salar
Herbario - Paula de Solmihiniac

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Todas íbamos a ser madres....una compartida razón para la conservación

Vine a Puerto Madryn a ver ballenas. Trabajando en WCS venía escuchando hace años del prodigioso mar atlántico y de su magnífica fauna marina, pues fue nuestra organización la que cimentó el conocimiento y valoración de la diversidad marina de esta parte del mundo. Y que hoy sostiene una bullante actividad turística en estas alejadas costas patagónicas. Una gran población de ballenas francas viene año a año a reproducirse en esta zona, la cual han recuperado luego de que por años fuera utilizada para prácticas de guerra.

Vine con mi vida de siempre. La de una bióloga de la conservación que entiende muy profundamente del valor de la biodiversidad para el bienestar de la humanidad. De la complejidad de esta biodiversidad, cuya mayor desgracia es ser invisible. Pues la mayoría de las especies y de las cosas que hacen (que finalmente terminan por generar todos los elementos mínimos que permiten la vida humana (y la de otros!) en este azul planeta), no son atractivas para nada. No son como las ballenas.

Pero igual me vine a Madryn, curiosa por conocer a estos emblemáticos animales, que poco o nada tienen que ver con los desafíos y necesidades más urgentes de la conservación de la biodiversidad. Al menos de los desafíos que yo conozco.

Cachorro de ballena franca saltando gozoso
Y allí estaban estos gigantes de alquitrán! Madres con sus cachorros revoloteando en las someras y azules aguas del Chubut. Jugueteando, saltando y cantando. Disfrutando unas con otras, acariciándose de mil formas. Gozando este gigantesco y maternal momento, embriagadas del ahora. Sin conciencia de su incierto futuro.



Y miraba este espectáculo junto a mis hijos. Mientras yo misma jugueteaba con ellos a esquivar el viento. A mojar nuestros pies. Mientras yo misma acariciaba y besaba sus cabezas, disfrutando de sus risas y juegos. Gozando de mi propio y gigantesco maternal momento. Embriagada del ahora.

Dejé que mi vida de siempre abandonara mi cuerpo. Y que mi entendimiento racional de la conservación de la biodiversidad quedara relegado hasta nuevo aviso. Sólo quería permanecer allí. Admirando esta danza gigante en el agua. Este goce titánico de estas madres y sus hijos. Tal como el mío con mis propios cachorros. En la playa...sus cachorros y los míos....todas madres...

Cachorros de Bárbara saltando gozosos
Y finalmente mientras escribo pienso en la madre de todos: natura. En su magnífica creación de vida, que nos sostiene a todas las madres...y en su incierto futuro. Y re-concilio mi vida de siempre con el goce que me da esta nueva mirada: la de una madre ballena correteando por el mar con su cría. Y paradojalmente, aunque el desafío de la conservación de estos gigantes marinos es titánico, en vez de angustiarme duermo tranquila. Ahíta. Llena.

Chile central - pinos que dan pena

Voy en viaje al sur. Una vez más recorro el camino desde Santiago a la región de Los Lagos. La primera vez que lo hice, hace más de treinta años atrás, recuerdo claramente la maravilla de sentir el arribo de la verde selva valdiviana, húmeda, fresca, sonora, tangible, luego de horas de viaje. Después de una vida vivida en el centro chileno... más café que verde, la exuberancia valdiviana se grabó a fuego en mi memoria. Junto a la constatación que esa variedad  compleja y excitante es la base de la vida en la que vale la pena vivir.

Este paisaje esmeralda hoy casi no existe. Ha sido reemplazado brutalmente por una alfombra de plantaciones de pino radiata. Bosques que no son bosques. Verde que no es vida. Inicialmente desperdigados en manchones a lo largo de la carretera sur, hoy estas plantaciones son un continuo que prácticamente se extiende desde Pichilemu hasta Temuco. Y más. Para colmo, son plantaciones de eucaliptos las que de vez en cuanto ofrecen un respiro de este monótono tapiz.

Una sola línea (la de la punta de los pinos), un solo olor (la de las espinas de los pinos), una sola imagen en la que no caben las especies naturales de la zona central de Chile. Una de las más ricas y exclusivas del mundo. Una monotonía tan desastrosa como peligrosa. Pues después de todo la vida es variedad. Y la variedad es la que mantiene la vida en movimiento. Y hemos visto como a lo largo de los años esta parte de Chile se ha ido empobreciendo en vidas: de plantas, de animales, de suelos, de gentes, de paisajes...

Conmemorando un nuevo aniversario del golpe, no puedo dejar de pensar que este asesinato masivo de la maravillosa diversidad de toda una región como la zona central de Chile, constituirá para las generaciones por venir en una nueva forma de atropello de la humanidad. No sólo a la chilena, sino a toda ella en su conjunto. Los equivalentes ambientales a los informes Rettig o Valech deberán venir pronto, no sólo para constatar este atropello a la vida de este lugar, sino para decidir las medidas reparatorias que permitan comenzar a revertir este proceso, y recuperar al menos en parte la riqueza y complejidad de la vida natural de nuestro Chile mediterráneo y más al sur. Y con ello la fuerza impulsora de vida y bienestar no sólo actual, sino futuro de nuestra gente.

domingo, 21 de julio de 2013

El círculo virtuoso y desconocido de biodiversidad y negocios*

Aunque poco reconocidas, las relaciones entre biodiversidad y negocios son tan variadas como significativas. La anónima verdad es que la biodiversidad genera todos los productos que consumimos (ej. alimentos, agua), casi todo lo que utilizamos (ej. materiales, medicinas, fibras), así como provee los servicios más fundacionales y ubicuos que sostienen la vida incluyendo generación de suelo, ciclaje de nutrientes, u otros que afectan más directamente nuestro bienestar como polinización y control de desastres naturales. La biodiversidad es tan poderosa que incluso provee servicios de orden educativo o espiritual, que son aprovechados ampliamente por nuestra especie.

A lo largo del desarrollo de las culturas humanas, cada uno de estos productos o servicios ha constituido la base directa o indirecta sobre la cual se han construido los más diversos negocios. Muchas veces la relación entre negocio y biodiversidad es directa como es el caso de la economía chilena, cuyas industrias más importantes como la forestal, pesquera, acuícola, agrícola, o turística dependen directamente de los servicios que presta la biodiversidad contenida en los ecosistemas terrestres, marinos y acuáticos nacionales. En muchos otros casos como la industria financiera, la relación del negocio con la biodiversidad es indirecta, y aunque más difícil de ver, ella siempre está ahí. Y dada la naturaleza de la biodiversidad, la manifestación de esta relación es siempre local, producto de historias evolutivas y sociales únicas e irrepetibles.

Las actividades humanas, especialmente las productivas afectan negativamente a la biodiversidad, lo que ha generado el más importante (y quizá el menos conocido) de los cambios globales. Nunca antes en la historia del planeta Tierra se ha constatado una tasa de pérdida de biodiversidad como la que experimenta hoy el Antropoceno. Día a día son miles las especies o ecosistemas que se degradan o desaparecen, lo que finalmente deriva en la interrupción de la amplia (y todavía desconocida) variedad de servicios que presta la biodiversidad. Esta pérdida conlleva riesgos a todo negocio, y dada su naturaleza irreversible si no es manejada a tiempo termina provocando el colapso no sólo de industrias específicas, sino de economías completas. El desplome de la industria salmonera en el sur de Chile es un ejemplo claro de esto. Pero no es el único. A la vez, la erosión del capital natural reduce la oportunidad para desarrollar futuros negocios, así como de innovar para mejorar los negocios existentes.

La crisis de la biodiversidad representa riesgos para las empresas, en el ámbito operacional al reducir el acceso y disponibilidad de insumos; en materia regulatoria ya que deben enfrentarse a requerimientos más estrictos; y en términos financieros al enfrentarse a mercados y acceso a financiamiento más exigentes en términos de gestión del impacto sobre la biodiversidad. A la vez, una mala gestión de la biodiversidad conlleva un alto riesgo reputacional, poniendo en peligro la licencia social para operar. Todos estos riesgos, abordados de manera preventiva y con la mirada adecuada, pueden ser transformados en oportunidades que aumenten la competitividad.

A pesar que se reconoce el efecto negativo que tienen los negocios sobre la biodiversidad, resta por desarrollar y fortalecer mecanismos que desde la industria puedan reducir dicha pérdida, o incluso revertirla. Este es efectivamente el desafío más crítico para lograr la sustentabilidad: mantener y recuperar el capital natural a escala local. Este desafío está siendo reconocido de manera explícita no sólo por los organismos globales de conservación (por ejemplo Convenio de Diversidad Biológica, Uniónpara la Conservación de la Naturaleza), sino especialmente por organismos de cooperación y desarrollo como la OCDE, o el International Finance Corporation del Banco Mundial, quienes han desarrollado políticas explícitas que promueven y solicitan la conservación de la biodiversidad por parte del mundo de los negocios.

De particular relevancia resulta el liderazgo que ha tomado la minería a nivel global en la adopción de políticas de pérdida neta cero en biodiversidad, lo que está permitiendo la incorporación de esta variable tempranamente en la planificación e implementación de proyectos. Esta integración permite evitar y minimizar impactos sobre  biodiversidad en los sitios de extracción, y cuando ello no es posible, asumir la implementación de compensaciones óptimas  (offsets) destinadas a restablecer la biodiversidad perdida. Directrices explícitas para ejecutar estas políticas están siendo evacuadas no sólo por compañías como Río Tinto o BHP, sino fomentadas por organismos corporativos como el International Council for Miningand Metals.

Los gobiernos de la región, incluyendo Chile, Perú, Colombia, Ecuador han comenzado a explorar y promover la compensación óptima en biodiversidad, para que pueda ser realizada por compañías bajo el sistema de evaluación de impacto ambiental. Este mecanismo ofrece la posibilidad de acotar el impacto sobre la biodiversidad, diseñando una estrategia para compensar dicho impacto por parte de la empresa.

El establecimiento de compensaciones óptimas es un proceso en construcción, y que requiere la participación no sólo del Estado, quien debe proveer una planificación nacional y regional de ecosistemas y áreas o especies relevantes para la conservación, sino de las empresas ejecutoras de proyectos. Ellas deben conocer del valor de la biodiversidad en los sitios en que se emplazarán sus proyectos, no sólo en su identidad (¿qué hay?), sino especialmente su funcionalidad (¿qué rol cumple?). Se requiere para esto un conocimiento profundo de los sistemas naturales, el que deberá ser provisto por científicos a lo largo y ancho de Chile. Las compañías deberán planificar sus actividades minimizando la sobreposición entre operación y biodiversidad de valor. Esto no sólo minimiza el riesgo innato que deriva de un manejo deficiente del capital natural, sino que en general reduce costos de operación, y minimiza conflictos con actores relevantes.

Wildlife Conservation Society (WCS) ha impulsado el desarrollo de las compensaciones óptimas en el mundo, liderando el programa Bussiness and Biodiversity Offsets PRogramme (BBOP). Corresponde éste a un consorcio conformado por agencias globales de conservación, estados, empresas y ONGs, el que ha desarrollado no sólo los conceptos, sino también la puesta en práctica de las compensaciones óptimas.  En países de la Región como Colombia y Perú, además de Chile, WCS ha apoyado al Ministerio de Medio Ambiente y compañías con el objetivo de dar a conocer esta herramienta y de su valor para promover no sólo la conservación de la biodiversidad, sino la sustentabilidad de las industrias de la Región. En nuestro país, dada la distribución geográfica de la industria nacional, existen condiciones ideales para el desarrollo de mecanismo de compensaciones óptimas por sector incluyendo no sólo el minero, sino otros como el energético, vitivinícola, o la salmonicultura en Patagonia. Ofreciendo un punto de encuentro que permitiría equilibrar el desarrollo con la conservación en nuestro país. Y aunque pueda resultar contradictorio, la oportunidad a las empresas nacionales de liderar la conservación en las áreas de producción, que es donde finalmente más necesidad se tiene de conservar el capital natural que las sostiene.

*Escrito por B Saavedra & C Silva. Publicado en Diario El Pulso, Julio 18, 2013

domingo, 23 de junio de 2013

“Ensayos", el arte de la conservación de Patagonia o el lienzo verdeazulado que pintamos en Karukinka

La ciencia de la conservación es una disciplina joven que nace para enfrentar el problema global de pérdida de biodiversidad, que quizá es el desafío más grande y menos conocido que encara hoy la humanidad. Nombrada antes como naturaleza, la biodiversidad es la matriz que genera y sostiene la vida que conocemos ahora, especialmente la humana. Nuestra sobrevivencia como especie depende de la existencia de toda la variedad de organismos que puebla nuestras tierras y mares. Pues directa o indirectamente todo lo que comemos, respiramos, tomamos, vestimos, usamos, proviene de la biodiversidad. Y nuestra Tierra, como nunca antes, enfrenta actualmente la pérdida masiva de su naturaleza: sus especies y poblaciones, y los procesos ecológicos que ellas realizan.

La ciencia de la conservación se nutre de diversas ciencias, tanto del ámbito biológico (por ejemplo, genética, ecología) como social (antropología, sociología) y, a diferencia de otras disciplinas, su objetivo final va más allá de la academia, intentando recuperar la biodiversidad en el mundo real. En toda su riqueza. En toda su complejidad. El desafío para la conservación entonces es doblemente colosal: por un lado, desarrollar aquellos instrumentos que permitan reducir o incluso revertir la pérdida de capital natural, y aplicarlos en cada rincón del planeta que sea necesario de manera efectiva. Así, esta ciencia aplicada al mundo real, no sólo debe lidiar con la casi infinita y maravillosa variedad de la naturaleza, sino que debe navegar el extraordinario mar de las personas, tanto o más diverso que la biodiversidad misma.

En un mundo dominado por la huella humana, es un escaso privilegio contar con extensiones masivas y poco intervenidas de biodiversidad. Patagonia es una de ellas, y Karukinka una singular gema verdazulada que la corona en Tierra del Fuego, pues en sus 300.000 hectáreas alberga los mejores bosques que existen en el mundo a esa latitud, y se baña en un fiordo majestuoso y rico en vida costera: el Seno del Almiranzago. Es Karukinka el área protegida privada más grande que existe en esta isla. Es Karukinka el más grande laboratorio natural para ensayar formas de hacer conservación en Patagonia. Necesarias y todavía desconocidas herramientas esperan en sus bosques el momento de ser develadas, y con ello impulsar la maravillosa diversidad de esta isla a los siglos por venir.

WildlifeConservation Society (WCS) es la ONG que dirijo y que está a cargo de Karukinka. Nuestra visión del mundo es que la naturaleza y las personas dependen una de la otra, y trabajamos para encontrar la armonía que permita la sana coexistencia entre ambas. Desarrollamos para ello investigaciones críticas que nos permitan avanzar en el camino de la conservación de la biodiversidad. Nuestro fuerte es la ciencia y el manejo para la conservación, los que aplicamos con metódica rigurosidad, focalizando nuestros esfuerzos en aquellos aspectos que más críticamente amenazan los valores de biodiversidad que nos interesa preservar: sus bosques, su costa. La mayor amenaza a este oro verde es la presencia de castores, roedor nativo de Norteamérica, el que luego de ser introducido activamente en la isla, se transformó en el mayor depredador de los bosques fueguinos. Un cáncer de dientes afilados, que día a día gangrena el mayor tesoro de biodiversidad de la Patagonia. Y esto ocurre mientras su generosa costa se agota frente a presiones de uso diversas, como pesca y turismo sin regulación, o salmonicultura desenfrenada.


Karukinka es un fin de conservación en sí mismo, del más alto valor a nivel global. Es, a la vez, un medio para desplegar en plenitud la práctica de esta ciencia, sustentada en conceptos fuertes, aplicada con el intenso realismo de la realidad local. Karukinka, en su honesta búsqueda de claves para este trabajo, ha comenzado a realizar el camino más desafiante para la conservación: el de integrar de manera explícita y orgullosa otras formas de aprehender el entorno, como es el arte. Sabemos que la variedad de miradas puede dar cuenta del complejo todo que necesitamos preservar. Y que el diálogo diverso, cándido y desprejuiciado puede ser fértil campo para sembrar y hacer crecer la semilla de la cultura de la conservación. Con la esperanza que se enraíce en Tierra del Fuego, y que sostenga el árbol de la vida de Karukinka y del resto de Chile. Esperamos doblegar no sólo castores, sino sobre todo cegueras y temores variados. Liderados por Camila Marambio, Ensayamos en Karukinka este diálogo de ciencia y arte. Desde el corazón del bosque y con la fuerza del viento fueguino los invitamos a sumarse a él.

Publicado en Revista La Panera Vol 39, 2013: 13.

Fotos Guy Wenborne, Felipe Custer