domingo, 27 de mayo de 2012

Desde el ártico canadiense hasta Tierra del Fuego: el impresionante viaje del playero ártico*

Las aves migratorias pueden dar lecciones de integración americana. Uno de los ejemplos más asombrosos es el del playero ártico,  ave migratoria que viaja desde sus zonas de anidamiento en el Ártico hasta sus áreas de invernada ubicadas en el extremo sur de América, en nuestra Tierra del Fuego.

Se puede decir que  este es un viaje colectivo, en el que decenas de miles de individuos, viajan la distancia equivalente  a seis veces el largo de Chile, recorren seis países, para finalmente descansar en espectaculares bandadas en Bahía Lomas, humedal que llega a proteger al 54% de toda esta especie. Es tal su valor, que hoy este es un sitio reconocido mundialmente, a partir de lo cual ha recibido distintas declaraciones de protección.

Lamentablemente este viaje espectacular se encuentra amenazado, pues cada día son menos los playeros árticos capaces de alcanzar el extremo austral de Chile. Experto(a)s del mundo, de países como EE.UU, Canadá, Inglaterra, Argentina y Chile, siguen y estudian esta especie, intentando saber si su disminución se debe a variaciones en la disponibilidad de alimento, contaminación a lo largo de la ruta, degradación de sus sitios de reproducción, parada o  invernada, u otro factor. Con la esperanza de entender este fenómeno y ayudar a recuperar esta asombrosa especie.

Más de once años de trabajo cooperativo han dado algunos frutos: Chile ya ha protegido su sitio de invernada, el cual cuenta con un plan de manejo,  y posee además un flamante y recién inaugurado “Centro Bahía Lomas”, en Tierra del Fuego, que espera promover la investigación en aves migratorias, junto con la educación, la capacitación, y el turismo, todo en torno a los procesos ecológicos que ocurren en este singular sitio.

Y lo que es más importante: contamos con una comunidad comprometida con la conservación de estas aves, que incluye desde los vecinos de Tierra del Fuego, organismos públicos nacionales, universidades, ONGs e incluso empresas privadas, de Chile y otras partes del globo. Personas e instituciones, que desde sus realidades particulares se han comprometido y han trabajado activamente por la conservación de un sitio de importancia global.
 
La historia del playero ártico, y de tantas otras aves migratorias es extraordinaria. Tal como lo puede ser su conservación en este siglo que recién comienza. Y nos enseña que en el mundo actual esta conservación es urgente, y que requiere por sobre todo del compromiso de todos. Por el bienestar de todos. Estamos seguras que las generaciones futuras lo agradecerán!

*Escrito junto con Dra. Carmen Espoz, Universidad Santo Tomás y publicado parcialmente en el Club de Lectores de El Mercurio (Mayo 2012). Fotos A Larrea, WCS

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