domingo, 27 de mayo de 2012

Agua para hoy - Futuro para Chile*

Ante nuestros problemas de sequía, y como sacado de una novela de Julio Verne, se está pensando como solución transportar el agua dulce de los ríos sureños hacia el norte a través de tuberías submarinas. Una copia a mayor escala de lo que ya hacemos de manera cotidiana, cuando canalizamos o bombeamos agua para moverla de un lugar a otro dentro de una región. ¿Hasta cuándo vamos a perder el agua que entregan los ríos al mar?, es una pregunta frecuente frente a las cada vez más comunes y severas sequías de nuestro país.

Necesitamos el agua, y para poder tenerla y mantenerla debemos entender  su rol a cabalidad, más allá de su evidente uso actual y directo por los humanos. Sin embargo, esto lo sabemos desde primero básico: es el ciclo del agua. El agua está en permanente movimiento  entre la atmósfera, hidrósfera y los seres vivos. Cuando el agua cae en nuestra cordillera alimenta glaciares, ríos, acuíferos, vegas, bofedales; cuando lo hace sobre los bosques, la cristalina y pura sustancia drena alimentando nuestros lagos, estuarios, fiordos y hasta embalses. En cada caso mantiene los hábitats no sólo de especies acuáticas (algas, insectos, peces), sino de toda la vida terrestre (plantas, microorganismos, insectos, aves y mamíferos) e incluso la costera (algas, moluscos, peces). 

Cualquier cambio en este ciclo tendrá efectos sobre los ecosistemas, con las consecuencias que lamentablemente conocemos bien: la extracción de agua subterránea ha afectado vegas y bofedales en el norte; en el centro de nuestro país la extracción de agua desde los ríos los ha llenado de algas o salinizado, inutilizando sus aguas; la deforestación  de la vegetación nativa en los cerros de gran parte de Chile ha destruido lagos costeros y estuarios; y el drenaje de suelos en la zona sur del país está destruyendo nuestros humedales día tras día.


Piense un momento en su entorno, e imagine cómo el agua (y especialmente la falta de ella) afecta todo lo que lo rodea. Descubrirá que la solución a nuestro problema de escasez es más sencilla de lo que se cree (bombardeo de nubes?): necesitamos restablecer las bases ecológicas para que nuestra agua cicle naturalmente: reforestando adecuadamente las cuencas, conservando humedales, protegiendo los ríos, estuarios y glaciares, son algunos componentes críticos de la respuesta definitiva y de largo plazo. Pero que a la vez este trabajo necesita de planificación, coordinación, integración, entre todos los que dependemos de ella: industria, ciudades, campos, plantas, animales, mares.  Esto es urgente! Lo invitamos a integrarse y a pensar cómo ser parte de esta solución!

*Escrito en conjunto con Dr. Manuel Contreras, Director Centro Ecología Aplicada y publicado parcialmente en Club de Lectores de El Mercurio (Marzo 2012). Fotos M Contreras, W Alvial, WCS

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