Las exploraciones están en la base de cada gran avance que ha dado la humanidad, sean estas geográficas, conceptuales, emocionales e incluso espirituales! En cada caso, el explorador está ávido de un algo, y se lanza tras su búsqueda con fuerza y pasión. En cada caso, el proceso de exploración se transforma en un gatillo para el avance personal, que finalmente contagia y transforma otros mundos individuales.
Los exploradores del siglo 21, habitantes de un mundo globalizado, hiperconectado, sin continentes por descubrir, enfrentan nuevos desafíos y cada vez es más difícil encontrar la esencia y el fuego propia de las verdaderas exploraciones. Pero sucede que ese motor de inspiración y cambio a veces está muy cerca, en nuestro propio país, casi a la mano, esperando ser tocado y ávido de entregar su savia...
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Karukinka, camino al Lago Fagnano |
La
Red de la Alta Dirección (RAD) es una apuesta desafiante, un motor y una compañera para lanzarse a la expediciones que nuestro Shile necesita: abiertas, inspiradoras, con contenidos sólidos, que permiten ver los mundos que están allí, a la mano de nuestras manos, y que pueden ser motor de cambio, sin vuelta atrás! para aquellos avezados exploradores del Siglo 21. Y nosotros en Tierra del Fuego nos sumamos a la aventura. Más aún, llevamos de la mano a estos exploradores a
Karukinka, y les contamos de todas las ideas y conceptos que tenemos para la conservación y desarrollo de Magallanes.
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Claudia Bobadilla, en Oanisin |
La travesía partió muy bien, pues
Claudia Bobadilla, Directora de la RAD, logró convocar a un grupo extraordinario. La "primera parada" la hicimos para escuchar a
Álvaro Fisher hablar del valor que tuvo el archipiélago de Tierra del Fuego en la modelación de una de las ideas más potentes que se haya inventado en los últimos 200 años: la teoría de la evolución por
selección natural.
Darwin, decenas de años atrás estuvo por esas tierras, y las experiencias que tuvo con su paisaje, su naturaleza, sus mares, y sus gentes, se transformaron en ingredientes clave de la sopa conceptual que empezó a bullir en su cabeza. Yo sugería que siendo infinitamente más pequeños que Charles, tomáramos su ejemplo y nos embarcáramos en la exploración de Karukinka, abriendo nuestras mentes a conceptos nuevos, especialmente los de conservación. Que nos transformáramos en unos nano-darwins locales y del siglo XXI.
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Karukinka nevado: la razón por la que no pudimos volar |
Tal como ha ocurrido por estos lares desde tiempos de
Magallanes (y seguramente antes!), nuestra travesía no salió como la habíamos planeado. El clima nos obligó a cancelar nuestro vuelo, y debimos emprenderlas en un ferry: cruzando desde
Punta Arenas a Porvenir, transformando un viaje de 30 minutos, en un periplo que duraría todo un día y que nos llevó a cruzar por tierra toda Tierra del Fuego. Nuestro excepcional grupo estaba tranquilo, y yo diría hasta contento de "ahorrarse" un movido vuelo en avioneta! y de conocer por tierra esta mítica zona. Para nosotros los organizadores locales, fue un desafío logístico supremo, que gracias al apoyo de vecinos y amigos, logramos sacar adelante.
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Contando nuestra historia en la Hostería Yendegaia |
La "segunda parada" la hicimos en la bella
Hostería Yendegaia (Porvenir), donde nos permitieron hacer un aro, para que yo contara de manera estructurada el Programa de Conservación de Karukinka: el valor biológico de la zona como las
turberas, los desafíos de conservación como el
control de castores, pero por sobre todo las oportunidades que vemos para la Región y el país. Sentí que el grupo quedó impresionado, especialmente al enterarse de qué era la biodiversidad, y de cómo su conservación es crítica para generar y mantener desarrollo...sentí que mi conversación ya había comenzado a hacer eco.
El viaje hacia el sur de Tierra del Fuego es una travesía geográfica e histórica, y está llena de cuentos que emocionan. Sólo el hecho de estar en Porvenir, la ciudad más importante de la Isla es un hito, pues es un pequeño enclave en un paraje duro, que tiene bellas casas, bellos paisajes y bellas personas! Además de la Hostería, almorzamos en el
Hotel Rosas, y nos transporatamos con Buses Quelín, un microempresario local, quien además de transporte nos proveyó meriendas para el resto de la tarde. Todos ellos nos apoyaron, a pesar que les pedimos ayuda ese mismo día en la mañana! ... cuando vimos que no podríamos tomar nuestro vuelo. Sería bueno que más sitios de Chile pudiesen contar con tan generosa y dispuesta población y funcionáramos más cooperativamente!
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Detalle de lápida de mármol en Cementerio Inglés |
La parte inicial del viaje bordea la bella e inútil
Bahía Inútil, y el paisaje está marcado por la presencia de pastos, viento, pasto, frío, viento, ovejas, frío, y alguno que otro guanaco. La costa es amplia, y nuestra presencia pequeña. La parada primera fue en Onaisin, hoy una estancia semi-abandonada, que históricamente marcaba la mitad del viaje entre el sur y el norte de la isla. Allí está el cementerio de los colonizadores, con lápidas impactantes en tamaño y contenidos: escritas en inglés, hablan de los colonos que murieron ahogados en la Bahía Inútil o asesinados por "indios". Todo en medio del paraje más típicamente plano y estepario de Patagonia.
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Pinüinos Rey interactuando con la RAD |
Un poco más al sur nos apeamos del bus para intentar alcanzar un grupo de pingüinos rey, que están desde hace un par de años parando en la desembocadura del río Marazzi. Encontrar estos pingüinos aquí es una rareza. Son muy bellos y cada vez atraen más personas que llegan a sentirse un poco más cerca de la Antártica! El lugar es precioso, pero lamentablemente está lleno de basura. Un pequeño ejemplo de los desafíos que enfrentamos en Patagonia para construir un turismo de intereses especiales, de lujo, que se erija sobre nuestra biodiversidad única, sin pisotearla de plano!
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Ximena Kats en Alero Marazzi |
Aledaño a los pingüinos está el Alero Marazzi, una de las ocupaciones humanas más antiguas de Tierra del Fuego. Una roca atractiva (quizá porque es casi la única en varios kilómetros a la redonda?!), con una vista espectacular de la Bahía y de la estepa. Es fácil imaginar a los Selk'nam aguachados allí, capeando el viento y oteando el horizonte para buscar guanacos o ballenas. Con esa fuente de inspiración, es también fácil para nosotros imaginar un futuro diferente para Tierra del Fuego.
Luego varias horas de viaje, lentamente comienzan a aparecer los primeros árboles y el paisaje se transforma de un plano, a una carpeta rugosa. Pero se hizo de noche, y luego de casi 12 horas de manejo llegamos a
Vicuña, nuestro destino. Distante varios cientos de kilómetros de Punta Arenas, cercano pocos cientos de kilómetros del Cabo de Hornos.
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Germán Genkowski, colono notable y vecino de Tierra del Fuego |
El extraordinario grupo estaba cansado, pero sobre todo feliz. Disfrutamos de una cena deliciosa, preparada por
La Marmita, el restorán más sabroso de Punta Arenas, quienes se llevaron a todo su equipo y cocina hasta este alejado rincón del globo. Lo hacen porque aman Patagonia, y porque son generosos en ayudar a nuestro proyecto. Como ellos son muchos en Magallanes, y tantos más en Chile, que trabajan para cambiar su suerte y la de nuestro país. Por suerte para Karukinka algunos son nuestros vecinos! Y es así que parte de nuestro grupo fue acogido por Margarita Norambuena en el
Lodge Tierra del Fuego, donde se preocupó hasta de comprarles pequeñas linternas por si despertaban de noche! (recuerden que aquí no hay electricidad) Y conocimos la casa de German Genwkoski, el último colono de Tierra del Fuego, donde tuvimos una maravillosa charla con él y Marisela, su esposa, y nos habló de su pasión por lo árboles, de su poca pasión por las gentes, y de sus travesías de antaño para llegar a su casa. Sin camino, sólo con ganas. Y también recibimos la generosa acogida de Ricardo Salles y Bernardo Mijovilovic, quienes no sólo nos abrieron su bellísimo
lodge del Lago Deseado, sino que hasta nos tenían coca cola! (un lujo, considerando que el despachador más cercano, está a 12 horas en camioneta!) Y conocimos de su pasión por este valle, y de cómo esperan compartirla con visitantes, además de compartir la pesca, el asado, el resto del paisaje. Gente increíble la de Tierra del Fuego. Increíbles historias y proyecciones.
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Hermoso Valle La Paciencia con Felipe Custer enfrente! |
Al día siguiente y contra todo pronóstico, el día amanece brillante! Una señal de
Timaukel, que bendice una vez más nuestro proyecto! Y entramos entonces a nuestra "tercera parada", de la mano de
Kathleen Barclay, Consejera de Krukinka, quien compartió la sorprendente historia de cómo un trader de Wall Street pudo ver en un fallido negocio forestal una rara oportunidad para un gigante financiero como Goldman Sachs. Kathy y yo pensamos que este ejemplo es bueno, y que ojalá pudiese inspirar a gigantes locales a dar pasos de siete leguas hacia la conservación local. Y por qué no? Hacer de Karukinka, u otros emprendimientos de conservación, quizá parte de su negocio.
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Pelayo Covarrubias y Cristóbal Piñera evitando
ser "tragados" por la turbera |
Y nos fuimos hacia el sur (si! siempre es posible llegar más al sur!), a recorrer Karukinka, y conocer de primera mano el efecto que tienen los
castores sobre los bosques subantárticos, y sentir el suave potencial que tienen las
turberas de Tierra del Fuego para mitigar el cambio climático. Y más aún! Conocer el Lago Despreciado y amarlo tanto como al Lago Deseado. Y transitar por el Cordón Valdivieso, casi tocar con la mano el Pico de Karukinka para atisbar a lo lejos el fenomenal Lago Fagnano. Y llegamos a su desembocadura, y sentimos el viento bravo de Patagonia en nuestras caras, mientras tratamos de mantener los ojos abiertos para disfrutar del suave turquesa de las aguas del río Azopardo. Y pensamos en el camino que nos llevó allí, y soñamos con una ruta que nos lleve más lejos aún: a una Tierra del Fuego bella, viva, pródiga en flora y fauna nativa, blanco mundial de visitantes, que se pare sobre su biodiversidad entera, y que entienda que mientras la tenga y la mantenga, el futuro existe.
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Disfrutando del Sol que nos prestó Timaukel!
en Vicuña, Karukinka |
Ese único día en Karukinka se agrandó para nosotros, y fue generoso en su tiempo, permitiéndonos entrar a la "última parada" de nuestro viaje, donde
Ximena Katz nos develó el triste destino de las
etnias originarias de estos lares, y de cómo el trabajo de antiguos exploradores como
Martín Gusinde o
Anne Chapman, se aferraron a ellas y lograron traerlas hasta este siglo. Rescatándolas un poco de su trágico destino. Conmovedores relatos, imágenes, historias. Nos llegaron a la fibra, porque quienes desaparecieron eran como nosotros. Triste ejercicio que espero ayude a dimensionar los efectos de la pérdida de la biodiversidad. Un recordatorio patente de que nuestro trabajo en Karukinka tiene como objetivo evitar que nuevas extinciones ocurran en Tierra del Fuego.
Y al día siguiente, nuestro último día, partiríamos rumbo a Punta Arenas por aire....lo cual nunca ocurrió porque el clima en Punta Arenas no lo permitió. Y volvimos atrás por el mismo camino. Recogiendo el hilo dorado que desovillamos al inicio. Y vimos todavía otras cosas que no habíamos visto: ovejas por montones, bosque majestuoso, el extraordinario Río Grande, y nuevamente la Bahía Inútil, para finalmente llegar a Porvenir y embarcar vía aérea. Todos los vuelos perdidos, todos los planes alterados, toda la planificación inicial desarmada. Todos los espíritus henchidos (todavía!). Y todo el extraordinario grupo siempre positivo, entusiasta, curioso y generoso!
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Hablando, conversando, hablando |
Y este alargado viaje nos dio tiempo (un lujo en estos días!) para conversar todavía más, inventar y soñar. Y
Juan Andrés Camus pensó que es importante que cada carrera profesional ofrezca al menos un curso básico de ecología. Idea que yo recogí y espero promover desde mi otra trinchera: la
Sociedad de Ecología de Chile. Y Alvaro Fisher se entusiasmó en ver cómo desde el mercado de bonos de carbono se podría intentar desarrollar un modelo que ayude a financiar la erradicación de la peste castoril. Y
Piedad Rivadeneira, junto a
Cristóbal Piñera, se dieron cuenta que Forestín fue castor alguna vez! y que llegado el momento hay que hacer una campaña fuerte para apoyar su control en Patagonia. Felipe Custer pensaba en cómo dar a conocer y valorar los hongos de Patagonia. Educación por supuesto! Jorge Lesser, Pelayo Covarrubias, Patricia García, Alejandra Aranda, María Olga de Heckeeren, todos con ideas, todos con entusiasmo. Cada uno se reflejaba en estos parajes. Cada uno fue parte.
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Los árboles son el bosque, y el bosque son los árboles...
y Piedad Rivadeneira los contempla a ambos |
Esta primera travesía la emprendimos hace casi una semana, y siento que todavía no la hemos terminado. Me quedó patente en la memoria la reflexión hecha por
Richard Büchi respecto de este viaje: "la vida es inmensa".....e inmensas las posibilidades de involucrarse con ella. Más aún, espero que sea el inicio de otros caminos: personales, para la RAD, para Karukinka, pero por sobre todo para nuestro país. Un camino que nos lleve cada vez más cerca de una cultura de la conservación, que se construya dando valor a nuestra biodiversidad en pie, y que nos permita construir un futuro bueno y de largo plazo para todos.
9 comentarios:
Felicitaciones, me parece muy buena iniciativa y muy bueno el blog. Saludos
Bárbara:
Tremenda gestión la de promocionar un proyecto de conservación como Karukinka a tan selecto grupo de líderes como los miembros de la RAD.
Espero no quedarme abajo de una futura expedición al Parque y participar de la experiencia!
Saludos
Juan Ignacio Zúñiga
Hola Bárbara: Forestín es un coipo!!!!
Hola Bárbara, como siempre tus relatos me transportan y logro
viajar con ustedes contemplando en la imaginación cada uno de los
lugares que describes. Una vez más compruebo que quiero entrañablemente a esa tierra.
"Cada tierra tiene su vocación" señalaste una vez, y yo pienso que tu vocación es descubrirlas, como lo haces con Karukinka, una tierra que esperó durante mucho tu llegada.
Te declaro mi admiración por tu poder, para soñar, crear, convocar y concretar.
Con afecto
Jorge
Todos los que conozco recuerdan a Forestín como castor! Quizá estemos equivocados...pero definitivamente ahora no lo es, sino como Anónimo bien dice, parece ser un coipo. Que por esas asimetrías fantásticas de la vida, resulta que fue introducida en América del Norte y Europa, transformándose en una especie invasora que produce daños enormes a los ecosistemas locales. Y más interesante aún, uno de los programas de erradicación más grande que se haya hecho, se focalizó en coipo y se hizo en Inglaterra!
Bárbara, tu entusiasmo contagia, fantástico el relato del viaje, que ganas de haber estado allí, ¡algún día!
felicitaciones,
José Luis Rodriguez
Hola Bárbara, disfruté leyendo tu blog, qué lindo viaje y qué rico cómo lo compartes... también me considero amante del sur y la naturaleza, pero admiro tu fuerza para llegar adónde estás... felicidades!! y mucho éxito!
Gracias Andrea! Esperamos seguir con fuerza empujando este carro! Tus buenos deseos nos viene MUY BIEN!
Ver Proyecto de Turismo Sustentable y Conservación Parque Pingüino Rey.
www.pinguinorey.cl
www.pinguinorey.com
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