Año tras año, desde que tengo memoria, las celebraciones dieciocheras ensalzan los valores patrios, y los supuestos grupos humanos que mejor los ejemplifican. Los símbolos utilizados para resumir el compromiso y amor a nuestra tierra, usados y amasados por tantos cada año, parecen estar escritos con fuego en piedra, pues poco cambian, y poco se han enriquecido a través de los años que mi memoria cuenta.
Pero reflexionando a la sombra de un nuevo dieciocho, siento que hay tanto más que alabar, tantos más que honrar, y tantos otros valores que valen y deberían materializarse en símbolos de nuestro país. Hay tanta savia corriendo por las venas de Chile, tanta sangre nueva y necesaria para este cuerpo patrio, que bien vale la pena honrarla ahora y usarla para construir el nuevo país que necesitamos, sin tener que esperar que ella se derrame en alguna batalla final, para recién reconocer lo obvio: que proviene de héroes.
Y parte de esta fina sangre mana a borbotones en Tierra del Fuego, furiosamente oxigenada por los vientos de Patagonia. Y está contenida en gran parte en la gente que trabaja hoy tratando de construir un Chile diferente, que crezca sobre si mismo, su gente, su flora, su fauna, sus mares y cielos. Y que construya para volver a construir, no para agotar y abandonar.
Nosotros en Karukinka tenemos parte de estas gentes: entusiastas creadores, esforzados trabajadores, fantásticos soñadores. Hombres y mujeres que día a día conectan su energía con el proyecto de conservar esta parte del mundo, y de darle valor en pie a la maravillosa biodiversidad de la zona. Y de construir una cultura nueva, la de la conservación, que se yerga sobre tanta historia pasada, aprendiendo de ella y superando sus errores. Intentando rescatar lo mejor de nosotros mismos, dando valor a los valores menos comunes de este moderno mundo, para intentar torcer un poco la mano al (supuesto) destino.
Vengan nuevos símbolos para nuestra tierra! Variados como sus gentes, desafiantes como los desafíos que sabemos debemos enfrentar! Que nuevas y multicolores flores se sumen a las coronas de nuestras celebraciones patrias! Que provengan de tantos rincones de Chile, donde día a día, noche a noche, paso a paso, sus gentes moldean sus propias vidas y las de sus comunidades para transformar este paisito. Con cooperación, con confianza, con compromiso, con honestidad, con ganas, con miedo, pero con valor también.
Nosotros desde Tierra del Fuego ofrecemos Karukinka en esta nueva construcción. Es no sólo un escenario único y bello para montar el nuevo Chile, sino que sus gentes son un buen ramillete de los héroes que siendo gente común, hacen cosas extraordinarias día a día. Bien venga una tonada y un salud para ellos!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario