Llevo dos días viajando. Salí primero de Santiago a Punta Arenas por aire, para embarcarme en un barco de exploraciones científicas que me llevaría al Seno del Almirantazgo, el corazón de Tierra del Fuego. Este viaje es el resultado de otro diferente iniciado el año pasado, en el que nos ambarcamos en la construcción de un sendero memorable: La Paciencia. Que pausadamente corre bajo los bosques de Karukinka. Mi destino, junto con el centenar de visitantes que me acompañaba, era Bahía Jakson: uno de los sitios más escondidos y memorables del Seno.
A esta Bahía (como casi todo el resto de Karukinka) se accede por mar o a pie. Muy poca gente la conoce, pues nevegar estas aguas o caminar estos parajes requiere ciertas condiciones poco comunes. Vecinos nuestros de Caleta María, que por años han visitado el fondo del Seno, nunca han podido llegar a esta Bahía. Hacia el sur, el río Azopardo impone un límite tumultuosamente turquesa. Hacia el norte el Cordón Valdivieso, desgajo de la cordillera Darwin con alturas de 1000 metros, actúa como muralla de granito bañada en glaciares azulosos.
Antaño, cuando todo el Seno era explotado por su madera, hubo presencia humana en la bahía. Hoy, tal esta área es refugio de flora y fauna tan bella como diversa. Erguidos guanacos recorren su costa, escampando el invierno, refrescando sus veranos. Cóndores por doquier: en riscos, en árboles, encumbrados por las corrientes fueguinas, recorren los siempre cambiantes cielos de Karukinka. Patos y aves pequeñas revolotean en las aguas, ríos o bosques. E incluso elefantes marinos! Estos impactantes "paquidermos antárticos" descansan aquí del hostigamiento de turistas, capean este nuevo y calentado mundo, tratando de recuperar el tiempo perdido.
Un paisaje idílico. Un destindo mundial. Un pedazo de cielo en la Tierra (del Fuego)! Y lamentablemente el destino de miles de miles de bolsas y desechos plásticos tan variados como repugnantes. Basura local, agrediendo silenciosamente un destino mundial. Un ejemplo más de nuestro mundo moderno (cuando yo era niña no había bolsas de plástico!) agrediendo a nuestro mundo futuro. Sentí vergüenza. Sentí impotencia. Otra muestra de cómo decisiones simples esperan ser tomadas por los visionarios y aguerridos constructores del nuevo siglo. Los políticos de hoy que podrían ser referentes del mañana!
Qué tan difícil puede ser no usar más bolsas de plástico en estas tierras? Una propuesta simple, limpia, visionaria, necesaria, esperanzadora, divertida, desafiante, grande! Como Magallanes. Como el futuro. Como las que envidiamos de los países desarrollados. Como las que queremos de nuestros dirigentes de hoy. Las podemos implementar porque tenemos ganas y coraje. Y porque tantos otros ya lo han hecho! ....y han sobrevivido....
Las fotos son de A Vila, C Silva-Quintas, G Wenborne y R Muza
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