viernes, 16 de diciembre de 2011

Mujeres en ciencia y conservación, la mitad que completará el siglo 21!

Ayer en su cuenta pública la Ministra del Medio Ambiente decía una cosa que comparto totalmente: “que su ministerio era uno de los más importantes. Y estratégico para el desarrollo del país, pero que todavía poca gente se había dado cuenta de eso”. La tarea de dar a conocer la importancia del medio ambiente, y dentro de ello la conservación de la biodiversidad es un esfuerzo enorme, en el que participamos mucha gente! Y que quema gran parte de mis pestañas…Más aún, creo que este trabajo de conservación sólo puede ser exitoso en la medida que vaya de la mano con un desarrollo científico de calidad, enfocado explícita y rigurosamente a abordar los problemas críticos que afectan a los pilares de la conservación de nuestro patrimonio natural.
Estas últimas semanas de este largo año han se me han hecho cortas y no he podido (como siempre) verter varios de mis pensamientos al líquido espacio de mi blog. Pero hay uno que me ronda como mosca en la miel, y que en esta hora del recuento de fin de año cobra vida en estas letras: el gran aporte de mujeres trabajadoras de las ciencias y la conservación en Chile. Con algunas he trabajado de manera intensa, apasionada y diría “exitosa” durante este último año, y  me han hecho constatar que el factor innovador y poderoso que podrá cambiar el curso de la historia en este siglo joven: es el aporte intenso, apasionado y exitoso que miles de mujeres hoy (y millones mañana) realizarán en las diferentes actividades de trabajo creativo de nuestro nuevo mundo. Incluyendo por supuesto las ciencias y la conservación!

En el Siglo 21, por primera vez en la historia de la humanidad, las mujeres tendrán una presencia (y reconocida!) masiva en diversas esferas de la economía, idealmente duplicando en número (y multiplicando en creatividad, pasión y esfuerzo quizá), la fuerza trabajadora existente hoy día (mayoritariamente masculina), y serán clave en los procesos que lleven a resolver los problemas de nuestra humanidad.
Ha sido un agrado haber sacado adelante mi primer año como Presidenta de la Sociedad de Ecología, lo que no hubiese podido lograr sin el apoyo de la extraordinaria científica Audrey (Yaya) Grez. Su rigor y pasión para abordar problemas de frontera ecología en sistemas productivos es un ejemplo digno de ser copiado por muchas!
Desde la distancia, pero presente en ideas y empuje, logramos con Claudia Bobadilla sacar adelante dos tareas que parecían imposibles! La primera, llevar a un grupo de líderes nacionales,  entusiastas y visionarios a Karukinka, y en medio de lujo cero, ponerlos en contacto directo con la naturaleza y con los valores más profundos de la conservación en Patagonia. La segunda, fue implementar con éxito un programa, único en su tipo, que permitió develar el misterio de la sustentabilidad a ejecutivos nacionales, dándoles a conocer cómo las ciencias ecológicas pueden/deben ir de la mano con la conservación para poder avanzar en el desarrollo.
Este trabajo fue no sólo posible, sino mejorado gracias al apoyo fuerte y decidido de las exitosas ecólogas criollas: Olga Barbosa - el referente nacional para pensar en alcanzar la ansiada sustentabilidad en la industria del vino. Miriam Fernández – un motor fuera de borda para impulsar la ecología y conservación marina en esta parte del mundo. Sonia Reyes – y su tozudo esfuerzo por meter la biodiversidad nativa (para ganar en calidad de vida) en los espacios urbanos nacionales.
Destacar la frescura, generosidad, empuje y fuerza de CamilaMarambio, curadora Chilena empeñada en integrar las artes a la práctica de la ciencia de la conservación, y con ello aportar y enriquecer la construcción de una cultura de conservación nacional.

Mi punto de referencia y cordura en temas críticos para mis tareas de conservación ha sido Kathy Barclay. Ella es una generosa, creativa, inusitadamente inteligente y visionaria "socia", que me lleva a puertos seguros muchas veces que estoy a la deriva.

Hoy siento y valoro la fuerza con que muchas profesionales aportan desde sus trincheras públicas a la conservación. Con paciencia y porfiado respeto a las reglas administrativas, hacen avanzar, pasito a pasito, temas de importancia nacional. Beatriz Ramírez surfeando las dificultades enormes para hacer que Chile se lance en piquero al cuidado de su biodiversidad marina. Alejandra Figueroa, bióloga y férrea promotora de la valoración y cuidado de los ecosistemas acuáticos nacionales. Sofía Guerrero, con delicada persistencia ha logrado llamar la atención y convocar a la acción, para que chilenos enfrentemos el flagelo de las especies invasoras. Y cómo no destacar el empuje y capacidad de trabajo de Aida Baldini, quien en su mundo forestal es capaz de ver mucho más allá de los bosques, y reconocer la compleja biodiversidad que origina y de la que dependen de estos ecosistemas.

Y el trabajo binacional, la necesaria integración con nuestros hermanos de continente para resolver problemas comunes, como la pérdida de los bosques del sur de Sudamérica en las mandíbulas de castores, es una carga que alegremente he compartido con Fernanda Menvielle! Una extraordinaria mujer argentina, con visión, pasión, empuje, cabeza alegremente fría para planificar y ejecutar las acciones que nos guíen a la erradicación de las pestes forestales que amenazan Patagonia!

También en Tierra del Fuego se ha alzado con fuerza la voz de mujer para traer e instalar la conservación en el desarrollo de estos frágiles y extraordinarios parajes. Catalina Besnier, su gobernadora dio un paso firme en esa dirección apoyando la exclusión de la salmonicultura de toda la Provincia de Tierra Fuego! Tres hurras por su visionario coraje! Ivette Martínez, Margarita Norambuena, Cecilia Durán y María Teresa Bhöm, vecinas/empresarias de las duras! Son colonas del siglo XXI. Carmen Espoz, flamante decana-ecóloga, estudiosa de aves migratorias, y paciente promotora de su conservación. Cada una de ellas está construyendo a pulso un futuro con futuro, gracias a su interés explícito en conservación y en desarrollo de esta magnífica Isla!  
Y cómo no destacar el compromiso a sangre realizado por todo el equipo femenino de Karukinka (y también del masculino, por cierto!), quienes como amazonas patagónicas se baten en duelo día a día con todo lo que sea necesario convencer, vencer o esquivar, para hacer avanzar la balsa de la conservación hacia aguas más calmas y benignas. Desde las ciencias y la educación Daniela Droguett, Fiorella Repetto, Valeria Falabella y Marcy Uhart; apoyadas con una administración entusiasta Susan Arismendi, Vivana Urbina, Gemita Molina se las arreglan para sortear toda clase de obstáculos impuestos por malignas burocracias. Y finalmente nuestro recientemente armado brazo de terreno, donde Sharon Zegarra y Francisca Farías, son las guardaparques mujeres más australes existentes en el planeta.

Somos fuerza nueva, numerosa, creativa, apasionada, preparada. Marcaremos la diferencia y torceremos la mano de la historia como la conocemos hasta ahora. Construiremos un futuro diferente. No me cabe hoy ninguna duda de aquello.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Guías para guiar conservación y desarrollo*

Chile es un país de biodiversidad extraordinaria, la que además de poseer un elevado valor biológico, es el soporte final de los todos los recursos naturales que mantienen directa o indirectamente la economía nacional. 
Dentro de ella, la industria forestal es un buen ejemplo de esto, pues su riqueza depende de la provisión adecuada de suelos, aguas, control de plagas, y toda una variedad de procesos ecológicos que son necesarios para mantener y prolongar sus operaciones forestales e industriales. Dado que estos procesos operan de manera natural en ecosistemas sanos, normalmente no los reconocemos y los damos por sentados. Hasta que fallan. 
Estos son los servicios ecosistémicos que provee el patrimonio natural de Chile, y que tal como los animales que habitan los bosques sureños, son poco conocidos, poco valorados, a la vez que críticos para sostener y dar bienestar a nuestra existencia.
El bosque templado del sur de Chile es el escenario natural sobre el que la industria forestal ha montado una obra de espectacular éxito económico, la que sólo puede sostenerse en el tiempo, en la medida que pueda mantener los servicios ecosistémicos que requiere. Por ello su conservación es crítica. 
Para el mundo forestal es sencillo ver el bosque, pero más complicado evidenciar toda la infinita red de relaciones que lo sostiene. Una variada y rica malla de interacciones ecológicas, que articula organismos diversos -incluyendo a los vertebrados- que son finalmente los obreros que dan cuenta de los servicios ecosistémicos que requiere esta industria. 
Toda esta red de organismos está compuesta fundamentalmente por especies nativas, patrimonio y capital natural cuyo verdadero valor todavía espera ser estimado.
La participación de la industria para alcanzar el desarrollo es una verdad que no se discute. Se reconoce asimismo, la necesidad de las ciencias para fomentar y sostener este desarrollo en el tiempo. Pero verdaderamente es la integración de la una con la otra: ciencia e industria, lo que puede sostener a un país entero. 
Esta Guía de Fauna del Bosque Templado es un ejemplo concreto e inspirador, que abre y muestra un camino positivo y necesario de caminar. En donde se resume e integra el conocimiento especialista a la realidad de una industria que opera en el bosque más importante existente en esta parte del mundo. Más aún, este conocimiento se pone a disposición de la gente toda, de manera generosa y visionaria, y se espera ayude a correr el velo que cubre la biodiversidad nativa de Chile. Permitiendo su conocimiento y valoración.
Que este esfuerzo sirva de ejemplo para la creación de una y mil nuevas guías de biodiversidad a lo largo de Chile. De uno y otro grupo: aves, insectos, arácnidos, hongos, hierbas, moluscos, anfibios, y tantos tantos más! Que pongan en nuestras manos el patrimonio natural chileno, que acerquen la vida natural a nuestro cotidiano. 
Que este conocimiento alcance a cada niño, madre, profesional, visitante y que dé a conocer de manera sencilla y clara toda la diversidad de organismos que hacen nuestro Chile. Y que especialmente lo lleven a la mano de aquellos que los usan de manera directa, los que dependen de ellos para su subsistencia, los que lo han habitado por años, los que están por llegar…
Gracias a guías como esta, todos y cada uno de nosotros podemos encontrar un camino para conocer nuestro entorno, y con ello una ruta para alcanzar la conservación del patrimonio natural de Chile y como consecuencia de ello, la sostenibilidad de nuestra industria y el bienestar de nuestras gentes. 

Prólogo de Guía de Fauna de Vertebrados del Bosque Templado (Celis et al. 2011)

Chile, una gran montaña*

Descolgado de la Cordillera de Los Andes y con sus faldas empapadas por el océano, Chile es prácticamente sólo una gran montaña. Este rugosa plataforma alberga una biodiversidad extraordinaria de paisajes, comunidades de plantas y animales (incluyendo a los grupos humanos), de singular valor, muchos de ellos propios y únicos de nuestro país. El Lago Chungará o lo salares altiplánicos, sostienen especies de peces, artrópodos y aves como los flamencos, únicos por su belleza. 

Las cumbres de Los Andes, desde Arica a Tierra del Fuego, están coronadas por gélidas gemas glaciares, que dan vida y sostienen los ríos que nutren nuestro país. Las montañas de Chile sostienen los ecosistemas boscosos más extraordinarios de esta parte del mundo incluyendo: el maravilloso bosque esclerófilo, la sobrecogedora selva fría, o los vastos bosques templados de Patagonia.

Diferencias de altitud, historias geológicas de variado calibre y antigüedad, sazonados por chorreos  volcánicos frecuentes, las montañas de Chile han generado una variedad enorme de hábitats a lo largo de su existencia, los que han servido de escenario para la puesta en escena de apabullantes historias evolutivas, y producto de ello una biodiversidad que no tiene réplica en el mundo.  


Es esta biodiversidad la que ayer y hoy (y esperamos que mañana) ofrece servicios claves para el bienestar de nuestra población, incluyendo: el suelo y agua que sostiene la agricultura que nos alimenta; la minería nuestra de cada día, o la industria forestal nacional. 

El valor del patrimonio montañoso de Chile se va los cielos, si consideramos el deleite permanente que ella ofrece a nuestros ojos y espíritus. Cada vez  que subimos un cerro, admiramos un colosal bosque de alerces o araucarias, refrescamos nuestros corazones a los pies de una cascada, o simplemente sentimos el aleteo de los cóndores sobre nuestras cabezas.

La montaña nos ha provisto de papas, choclos, ganado, piñones, yareta, rica-rica, tejuelas, quínoa, hielo, agua fresca. Nos ha refrescado con su viento, ha albergado poetas. Será esta misma montaña la que servirá de refugio o corredor para resistir o escapar de cambios futuros, como el climático. Somos hijos de Los Andes, somos padres de su destino. 


*Publicado en Club Lectores El Mercurio
Fotos de Wenborne, Muza, Silva