Considerando el hecho biológico de dependencia vital que los humanos tenemos con la naturaleza y su biodiversidad; su rol crítico e irremplazable para el bienestar actual y futuro de sociedades y economías; su rol en mitigación y adaptación, mi respuesta a las preguntas que nos convocan son dos:
1. ¡Más y mejor naturaleza!
2. ¡Más biodiversidad íntegra para todas, en toda América!
Esto solo se
logra plantando, activando y sobre todo sosteniendo procesos de conservación
efectiva en, para y desde los territorios.
Latinoamérica alberga el 40% de la naturaleza del planeta, que existe y deriva en íntima relación con sus comunidades. Su destino de liderar la transformación global parece mandatorio e inevitable.
Yo vengo del
sur del Cono Sur, allí donde la vida terrestre tal como la conocemos llega a su
fin, en Tierra del Fuego. Territorio ancestral del pueblo Selk’nam, es refugio
de ecosistemas clave, incluyendo los humedales de turberas más australes del
planeta.
Desconocidas
y milenarias son quizá la máquina terrestre más poderosa (y costo-efectiva) para el
combate al cambio climático. Cubren un 3-4% de la superficie terrestre –existen
en una fracción tan pequeña que no puede ser vista desde el espacio–, sin
embargo, albergan dos veces la cantidad de carbono contenido en todos los
bosques del planeta. Mantienen la integridad hídrica de cuencas, servicio cada
vez más necesario en un mundo cada vez más caliente.
¡América es
Turberas! Ellas se descuelgan desde Beringia hasta el archipiélago fueguino.
Existen en masa en la Amazonía, se encumbran en los Andes, se concentran en
Patagonia. En conjunto, las turberas americanas son las más extensas y las más
íntegras del planeta.
Pero estos
magníficos y desconocidos ecosistemas enfrentan amenazas enormes, las que
venimos abordando con éxito desde hace décadas. ¡Y vaya que hemos avanzado!
Anclando nuestro esfuerzo en el margen más austral del continente, en una alianza inédita entre el Ministerio de Medio Ambiente y Minería –su mayor amenaza–, hace años logramos la protección de gran parte de las turberas de Tierra del Fuegoen Chile (en un decreto espectacular firmado por la entonces Presidenta Bachellet). Hoy, todas las turberas de mi país están protegidas por ley contra la extracción minera.
Nos anclamos
con fuerza en el sur, construimos un bastión regional, convocando y reuniendo a
custodios territoriales, levantando la Iniciativa de Turberas Patagónicas. Un
ejemplo de engranaje socio-ecológico que pueda dar buena y larga vida a esta
máquina climática.
Desde estas
profundidades australes, somos el bottom del tal mentado bottom-up. Y día a día
materializamos trayectorias de transformación, entregando resultados tangibles,
esenciales y esperanzadores frente a las urgencias climáticas.
Desde allá abajo levantamos la vista, y con igual visión y compromiso, activamos el UP (del bottom-up).
"Con las puras patas y el buche" – lo que en Chile significa con todas las ganas y capacidades, pero sin financiamiento–, hemos convocado y logrado reunir a custodios de turberas a lo ancho de todo el Globo. Comunidades, investigadores, productores, agentes públicos, educadores, indígenas, personas que, como nosotras, activan día a día su cuidado local.
Venimos
conectando turberas y custodios entre Asia, África, Norte y Sudamérica, además
de Europa, a través del flamante Acuerdo de Venecia, que es un llamado
eco-poético, una metodología inédita, un dispositivo de conservación, que construye
una comunidad global apasionada y activa que materializa el cuidado local y
efectivo de turberas de valor global.
Pero América es turberas y más, contenedora de todavía masivos y prístinos ecosistemas, es en realidad el Arca de Noé de nuestro mundo degradado. Es la alternativa natural para enfrentar las olas que derivan del cambio climático: no solo de agua, sino de calor, sequías, lodo, enfermedades, y otros.
Así como las
turberas, en las profundidades de América se encuentran ecosistemas esenciales
y poderosos para mitigar y adaptarse, y en cada uno de ellos existen
comunidades comprometidas y diversas activando su cuidado… una riqueza de
bottom-ups tan enorme, como invisible y vital.
Manglares, humedales alto andinos, el casi infinito Amazonas, el Mar Patagónico con sus espectaculares bosques de macroalgas, el Chaco profundo… son máquinas naturales para responder a la afrenta anti-natural que es el cambio climático. Todos y cada uno de ellos precisan de un sitial en la acción climática global, y deben transformarse en el blanco territorial de la fracción down del tan mentado Top-Down.
El llamado
es claro. Las voces humanas y no humanas de América están allí para quien
pueda, quiera o deba escucharlas. El mundo debe volcarse con urgencia al
cuidado de su naturaleza y biodiversidad y este cuidado, que es recíproco, debe
ir de la mano de sus custodios naturales.
Tal como la
democracia, los buenos procesos de conservación se construyen activando participación
informada, precisan de transparencia, conocimiento científico, indígena, social,
que debe desplegarse palmo a palmo de manera equitativa y justa. Pero, por sobre
todo, dependen de aprender a vivir y florecer en diversidad.
Por todo
esto y más, el valor adicional (e inesperado) de empujar y sostener buenosprocesos de conservación lleva consigo el fortalecimiento y cuidado denuestras democracias. Un combo win-win, un balance ético y natural, que desde
el territorio americano puede ayudar a abrir los urgentes caminos de transformación
que buscamos desde hace tanto tiempo.
Agradezco el
privilegio de estar hoy con ustedes.
Mi nombre es
Bárbara Saavedra, vengo de Chile y declaro sin duda alguna que mi norte es el
sur.
¡Muchas gracias!
*Presentación hecha en el ‘Diálogo Regional’ del Balance Ético Global realizado en Bogotá, Colombia (21 Agosto, 2025), que es una iniciativa de la ONU y Brasil que busca escuchar a ciudadanos de todos los continentes sobre las medidas que la humanidad aún debe implementar para enfrentar la crisis climática en coherencia con la ciencia y con la meta del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 ºC respecto a los niveles preindustriales. #MutirãoCOP30, #BalançoÉticoGlobal y #GlobalEthicalStocktake