Muy buenas tardes a todas!
¡Con alegría estoy aquí para celebrar el lanzamiento de este
libro, y lo que yo considero una de las metamorfosis más lindas de la que he
sido testigo en los últimos años!
Les confieso que me ha costado decidir cómo compartir esta
celebración. Pues justamente soy un ejemplo de aquella diversidad funcional a
la que alude Pancho en su libro, y recién vengo regresando (¡espero para no
volver!) de un período de funcionalidad diferente, mostrando que las diferencias no
sólo se distribuyen entre personas con capacidades diversas, sino en momentos
diferentes de una misma vida.
¡Por eso estoy feliz de estar aquí! Para celebrar mi vida, la
de ustedes, y la de los millones de otras vidas con las que no sólo compartimos
este planeta, sino de las que dependemos totalmente. Y celebrar la que es quizá
su característica más potente, hermosa e inspiradora: ¡que es su diversidad!
Son tres ideas que rondan mi cabeza y corazón, desde que
conocí este nuevo trabajo de Pancho.
La primera la titulo: PORQUE ES NECESARIO
Llevo un largo rato ya recorriendo los derroteros de la
práctica científica de la conservación. Una disciplina de acción, joven, y poco
difundida aún en nuestro país y en el mundo, a la vez que una herramienta
poderosa para enfrentar los desafíos cada vez más evidentes y angustiantes de
nuestra Tierra moderna, entre los que prima por sobre casi cualquier otro
desafío: la restauración, recuperación y promoción de la biodiversidad.
Tal como se acumulan
los relatos de un libro de aventuras, mi formación y trabajo como ecóloga de la
conservación me han permitido conocer de primera mano desde las cercanías de
Visviri hasta el mismísimo Cabo de Hornos, tanto en su superficie como bajo del
agua, desde el Altiplano hasta la espumante y fresca costa de nuestro océano
pacífico.
A lo largo de
este periplo, he tenido la
oportunidad y el privilegio de conocer gran parte de nuestro territorio, sus
ecosistemas y sus gentes. Parte por formación, parte por curiosidad, parte por
sobrevivencia, me he montado a caballo, mula, macho, jeep, auto, avioneta,
helicóptero, lancha, barco, crucero, chalupa y más, pudiendo a lo largo de los
años acceder a los rincones más magníficos que dan “identidad” y bienestar a los
habitantes de nuestro país.
Esta travesía profesional
me ha llevado a trabajar con una enorme diversidad de personajes, tanto del
mundo de las ciencias, como agentes políticos, empresarios, administrativos, compañeras
de otras ONGs, estudiantes de todo tipo, artistas, guardaparques, mujeres de a
pie y más. He interactuado con presidentes de países, Corporaciones, Directores
de colegios, Jefes de Agencias del Estado, CEOs y gerentes de sustentabilidad
de diversas Empresas, Presidentes de juntas de vecinos y sociedades anónimas,
directivos municipales y regionales, líderes de Derechos Humanos, líderes sociales,
de opinión y del activismo más duro….por nombrar algunos.
En la gran
mayoría de los casos he podido constatar el profundo y enorme vacío de
conocimiento básico sobre la naturaleza (del científico y “de los otros
conocimientos”): su identidad, su casi infinita variedad de formas, y sobre
todo el vasto paisaje que deriva de su diversamente creativo funcionamiento. Y
lo que es peor….veo una y otra vez cómo se erosiona la biodiversidad producto
del formidable analfabetismo que existe sobre natura, que lleva a todos los
tipos de personas, muchas veces con la mejor de las intenciones, a tomar
decisiones que atentan, o poco y nada aportan a la mantención y promoción de
natura y su bullente diversidad.
Pancho: espero
este libro sume a llenar ese vacío. Que pueda ser una vocal, una pieza clave
para la necesaria alfabetización de naturaleza en nuestro país.
La segunda
idea para compartir esta tarde la llamo: LA METAMORFOSIS.
Como decía hace un momento, mi trabajo –poco difundido aún en
Chile-, es la práctica científica de la conservación. Es un esfuerzo de
integrar en un espacio de “realidad real”, “de terreno”, la visión y
herramientas analíticas que derivan de las ciencias, con la puesta en práctica
de iniciativas que permitan impactar de manera efectiva la recuperación, la
restauración y la promoción de la naturaleza.
A diferencia de las ciencias que se desarrollan en
laboratorios, donde se intuban, secan, pesan, miden, modelan cosas, en espacios
más bien simples, acotados y controlados, la práctica de la conservación se
hace en ese mundo descontrolado y engorroso que es la sociedad toda…con sus
ecosistemas, sus gentes, sus instituciones. Este proceso requiere de
científicas que no sólo que levantemos cabeza, sino que la metamos en donde sea
necesario para empujar y sostener procesos clave para el bienestar de la
biodiversidad.
Es un embrollo allá afuera...muchas veces un campo de
batalla…donde créanme faltan no sólo una, sino guarniciones completas de reclutas
con entrenamiento científico, y con entendimiento de natura. Es este un boquete
complejo de llenar, considerando el todavía escaso contingente de científicas,
especializadas en ecología y afines, que existe en Chile.
Recordando a Pancho en sus días de joven científico, metido
hasta el tuétano en el día a día del ciclo académico: proyectos, hipótesis,
modelos, experimentos, tesis, congresos, papers, papers papers…se encontraba muy
alejado de los temas de conservación…o “conversación” como los llamaba en ese
tiempo con ironía y desdén…Hoy varios años después, con una carrera más que
consolidada, siendo un reconocido y admirado líder en su tema, prestigioso como
pocos, veo en este pequeño libro un indicio de una metamorfosis…un atisbo de
una transformación como la que necesitamos de muchos otros como él: la de
abrirse y abrir espacios en sus carreras, para dar cabida y conectar de alguna
forma con la conservación.
Mandatado por los requerimientos de fondos concursables, que recientemente
imponen a investigadoras a comunicar parte de sus disquisiciones y
descubrimientos científicos con la ciudadanía de a pie, inspirado por su hermosa
progenie a la que imagina en un mundo hiper-caliente y degradado, o por lo que
haya sido…¡celebro aquí este salto! Y espero que, dado que el Pancho es el
Pancho, pueda servir de modelo para inspirar a otras jóvenes científicas, a
buscar la conexión con los desafíos de la conservación. A tirar un cable a
tierra desde sus laboratorios y papers, y canalizar a través de ello, la fuerza
de las ciencias a los procesos que necesitamos construir como sociedad, para
avanzar hacia el cuidado de nuestra hermosa y diversa naturaleza. Agregaría a
ese modelo un mensaje propio: ¡no es necesario avanzar en “la carrera
científica” para dar ese salto! ¡Ni es necesario tener un par de hijas para
hacerlo!! Es una urgencia que nos convoca a todas…aunque algunas todavía no
escuchamos.
La tercera reflexión la titulo: NO NOS VENDAMOS LA POMADA
Debido a la presencia ubicua, cambiante, su existencia en una
multiescala, y la intrínseca, profunda, directa y difusa relación que la
biodiversidad establece con las sociedades humanas, la práctica de la
conservación necesariamente requiere de la participación de muchos actores. El mandato ineludible de la conservación es por lo tanto la de integrar,
sumar, visibilizar, conectar, amplificar, reunir, no sólo a actores humanos diversos,
sino conectarlos con la matriz de vida que es la biodiversidad, de la cual
depende su propia existencia.
Y a trabajar en múltiples dimensiones y escalas, con herramientas
específicas que permitan guiar y moverse en el camino de transformación
requerido por esta complejidad. Libros
como el que hoy celebramos son un ejemplo de estas herramientas, pero la acción
de conservación precisa mucho más que lanzar un título. Requiere de enganchar
dicha pieza a una máquina –todavía en construcción- que nos pueda echar a andar
en la dirección de la conservación. Y precisa en todos los casos de la
construcción de las rutas que permitirán su paso.
La realización de las ideas de conservación pueden ser chispas que
aparecen en la cabeza de iluminados, pero deben recorrer un camino –en la mayoría
de los casos inexistente- para impactar su destino final en los espacios
socio-ecológicos. Y dada la magnitud y urgencia de este desafío, es que se reconoce
que la clásica visión del “hacer a través del pensamiento”, precisa de ser
colonizada por la visión del “pensar a través del hacer”. Desde esta visión,
ilustrada magistralmente por el antropólogo Tim Ingold, se asume que el
producto que surge del proceso creativo, nace justamente de eso, del proceso. Y
para la conservación es el encuentro entre estas ideas y las realidades
diversas fuera de ella donde está la mayor fuente de conocimiento y
aprendizaje. Y la mayor oportunidad de transformación.
Libros como este. Escritos por científicos como Pancho, son una
invitación a entrar en la ruta. Y a sumar con otros, a una marcha que ya se
echó a andar. Pero que precisamos fortalecer sin echar atrás.
Una reflexión final…
Hace muchos años atrás, por
allá por el 2004, el Pancho Bozinovic me invitó a ser parte de la Sociedad de
Ecología de Chile (SOCECOL). Un espacio de reunión para ecólogas nacionales,
nacido hacia casi una década antes y que se encontraba en ese momento en un
enredo administrativo que hacía muy difícil su operación.
Yo también era joven en ese
entonces, y seguía a ese grupo de ecólogos “kapos”** desde lejos, admirando su
gran capacidad científica, inversamente proporcional a su interés en meterse en
los detalles laboriosos de la administración. Pancho me invitó en ese momento a
ser parte de la SOCECOL, y aportar con mi tozudez y perseverancia a organizar
un poco la cosa. Esta invitación marcó un
momento especial en mi vida, pues me abrió una puerta para canalizar un anhelo
que tenía escondido: el de aportar, desde mi práctica profesional, a la
reconstrucción de la joven y enclenque democracia que nuestro país venía
re-construyendo luego de un largo período de abstinencia democrática.
Acepté gustosa y me tiré de
lleno a la tarea de hacer brillar la SOCECOL, de fortalecerla internamente, a
la vez que articularla con esa otra Sociedad –la con mayúscula-, tan carente de
espacios de encuentro, y a la vez tan necesitada de los mismos. Permanecí por años en SOCECOL,
empujando una que otra cosita, pero sintiendo en el corazón que contribuía con
una pequeña pieza al enclenque andamiaje de nuestra democracia. 15 años después
de esa invitación, y cuando el Pancho pidió comentar su libro hoy, me conecté
con ese momento. Pues estoy convencida que el libro que hoy lanza Pancho al
Mundo es también un aporte a la construcción de nuestra sociedad y su democracia.
Abriendo un espacio de encuentro de las ciencias con la diversidad natural y
ciudadana.
Necesitamos torrentes de libros como este. En una sociedad que tiene
capacidad de ver y conectarse al mundo, que mira especialmente a los
científicos, con un Pancho de carrera hecha y ganada, con una progenie hermosa,
abre a través de este libro un espacio para conectarse con ese mundo grande,
enorme y diverso, y plantea una pieza donde anclar esa conexión.
En mis escasos días de científica tradicional -no
sé si todavía será igual-, repetíamos con convicción que el desafío y satisfacción
de las ciencias era expandir la frontera del conocimiento. Ensanchar los
límites de esa burbuja imaginaria de entendimiento del mundo, haciéndola más
grande para Chile y el Mundo. ¡¡Hacer crecer las CIENCIAS!! Así…con mayúscula…Como en todo, este mismo proceso de generación
de conocimiento se desplegaba de manera diversa, existiendo algunas personas
que aportaban más que otras al torrente de entendimiento de nuestras especies y
espacios naturales. Pancho era uno de ellos, siempre destacado por su enorme
productividad y chorreo de talento.
Cuando salí al “mundo verdadero”, y me metí de
lleno en las trincheras de la conservación, re-conocí la otra gran diversidad
de fronteras que tenemos que esperan por ser desafiadas, ensanchadas, e incluso
algunas…que necesitamos romper para poder hacer crecer nuestra sociedad y
nuestro país. Con este nuevo libro, Pancho lleva su aventura científica fuera
de los “cómodos límites académicos” para intentar dilatar no ya la frontera de
su ciencia, sino de un país completo.
En mi trabajo
de conservación me he golpeado con fuerza con parte de las trabas y
dificultades que derivan del pensar que nuestro mundo y su naturaleza son entes
fijos. Modelos teóricos y prácticos esperando por ser replicados desde las
cumbres de las montañas andinas, hasta los valles y costas de Chile centra. Visión que nos empuja a concentrar esfuerzos en materializar un
imaginario que no existe en la realidad: el de una identidad singular, por
sobre el devenir natural del cambio, motor de diversidad.
Pero no nos engañemos….aquellas que como yo
nos revolcamos en el barro de la ignorancia, el desconocimiento y nos
retorcemos cada vez que constatamos la pila de decisiones bien intencionadas
algunas, bien financiadas otras, bien esperadas la mayoría, que se toman en
total ausencia de entendimiento ecológico, de conocimiento de las bases mínimas
de la diversidad biológica, de los principios mínimos que regulan su
funcionamiento….El libro de Pancho, por su contenido y por haberlo escrito él,
es una pieza que aporta a la alfabetización de naturaleza. Y dentro de ella, de
detalles clave como su inherente diversidad estructural y funcional.
Sabemos que este es un camino que no acaba…que
precisa de ser instalado como camino…siendo un objetivo en sí mismo…y este
libro, tal como una novedad evolutiva, espero sirva para apoyar un pie,
mientras preparamos el otro para el siguiente paso. Paso a paso…
El desafío de la conservación de nuestro mundo nos une. No sólo como cuerpo de científicas, sino que nos abre la
posibilidad de conectar con el resto del mundo. No desde la altura tradicional
en la que se les posicionan o auto posicionan las ciencias, sino como un nudo
más de la maraña humana, de la materialidad a la cual debemos moldear la
artesanía más elegante y valiosa que haya podido crear nuestro universo, que es
la biodiversidad. Este proceso requiere de
las científicas el levantar cabeza. De mirar más allá de su quehacer propio y
de su mandato del momento. Y Pancho ha levantado cabeza y nos invita a mirar de lleno y con él este nuevo mundo.
¡Felicitaciones y gracias
Pancho y éxito en este nuevo camino de conocimiento!
*Presentado el 29/9/2019 en el GAM, Santiago.