viernes, 14 de enero de 2011

Sueños de una mañana de verano o la conservación de ecosistemas forestales chilenos

Participé ayer de mañana del VIII Encuentro sobre el Medio Ambiente, organizado entre otros por CIPMA, donde se esperaba hablar del "sector forestal" shileno, para discutir sobre propuestas concretas que permitieran instalar una "opción verde" para el desarrollo de este sector.

Nos invitaron a hacer un "ejercicio" en que nos pedían "soñar" esta opción verde, imaginando que estábamos en el año 2020, y ya habíamos llegado a donde queríamos llegar. En 15 minutos nos pidieron que escribiéramos qué veíamos en ese momento, o qué habíamos hecho en los años anteriores para poder llegar allí.

Bosque de lenga de Karukinka, Tierra del Fuego, Chile
(Foto W Alvial)

En esos 15 minutos alcancé a soñar 4 cosas:

Soñé que en el año 2020, ya no se habla en singular y todo el mundo habla de los "ecosistemas forestales", en vez de hablar del "sector forestal". Hablar en plural es el resultado de pensar en plural, y reconocer que existe diversidad, y en el caso de los ecosistemas forestales, inmediatamente se piensa en bosques nativos y plantaciones.

Y dentro de bosques nativos tenemos toda la variedad de bosques que existen en Chile, desde la Pampa del Tamarugal en el norte, o el bosque esclerófilo del cerro La Campana, o el matorral de las serranías cordilleranas de Santiago, o los bosques de espino en el valle central de Chile, o los bosques de roble de Vilches, o los bosques de araucarias de la Araucanía, o el prodigioso bosque valdiviano, o los bosques costeros de la región de los lagos, o los bosques de ciprés de la guaitecas en Magallanes, o los bosques de lenga y canelo de la costa de Tierra del Fuego, entre muchos otros! Todos chilenos, todos nativos, todos importantes.

Y dentro de las plantaciones tenemos todas las variedades de plantaciones de árboles que podamos inventar, las archi extendidas plantaciones de pino o eucalipto, de robles, plantaciones grandes, chicas, plantaciones con matorrales en el suelo, o plantaciones limpias sin una brizna de pasto en sus base. Plantaciones que resguardan bosques nativos, plantaciones o extracción forestal hechas en base a nativos, manejadas por empresas o asociaciones. Unas mejores que otras, pero si pensamos en plural, al menos tendríamos la alternativa de elegir. No les parece?
 
Lengas explotadas en Tierra del Fuego
(Foto C Edwards)
  Soñé que en el año 2020 las plantaciones chileras son diversas, y que están hechas en base a especies nativas, propias de cada región. Soñé que las plantaciones en esos años, se continuaban naturalmente con los bosques nativos, y que estaban más alineadas con las "historias evolutivas" de cada parte de Chile y de sus gentes. Que proveían servicios ecosistémicos a otros componentes de la biodiversidad, otros animales y plantas nativos, además de entregar agua, espacio, suelo a las comunidades aledañas a ellas.

Soñé también que los ecosistemas forestales chilenos que estaban reservados de la explotación maderera y que estaban dentro de áreas de protección se integraban activa y fuertemente a las economías locales. Soñé que esto pasaba desde Arica a Magallanes. Cada comunidad en sintonía con un área protegida cercana, valorada, usada, cuidada. Soñé que estas áreas eran instrumentos de lujo para generar conocimiento, proveer servicios, recibir visitantes.
Bosques de lenga, Parque Karukinka, Tierra del Fuego (Foto R Muza)

Y también alcancé a soñar que el "sector forestal chileno" se había transformado en el (pro)motor de la Cultura de la Conservación en Chile, y que había "arrastrado" a otras industrias nacionales como la minería, acuicultura, urbanismo, agricultura, turismo, y tantas otras industrias nacionales, las cuales abrazaban este concepto, lo practicaban día a día y le daban sustentabilidad a nuestro desarrollo nacional.

Bueno...de vuelta a la realidad, y siendo un componente marginal del "sector forestal" actual de Shile, regreso a mi "trinchera": Karukinka. Desde donde estamos trabajando para conservar las masas forestales más importantes (en extensión y calidad) que existen en el mundo a esa latitud y aportando al desarrollo de una cultura local de conservación, que permita dar futuro a esas australes regiones.

martes, 11 de enero de 2011

Vientos de cambio para la conservación (vienen de Tierra del Fuego!)

Hace 5 años, cuando recién comenzamos nuestro trabajo de conservación en Magallanes, presentamos un proyecto de educación en biología de la conservación a la iniciativa Explora, de Conicyt. La idea era trabajar en Puerto Edén, una de las comunidades más aisladas que existen en Chile, promocionando la ecología y conservación del huemul. Nuestro proyecto fue rechazado por secretaría, pues no contaba con el número suficiente de escolares requerido por la agencia. ¡Casi nos dió un infarto! Teníamos experiencia acumulada en la zona por años. Conocíamos los huemules casi por sus nombres. Habíamos ayudado a crear la primera estación biológica existente en cientos de kilómetros a la redonda. Teníamos las ganas y todos los apoyos locales necesarios. Y nos eliminaron por secretaría porque en Puerto Edén sólo había 26 niños! Y nosotros íbamos a trabajar con todos. 

Por supuesto que alegamos. Y argumentamos todo lo que obviamente era razonable alegar, incluyendo discriminación, centralismo, falta de visión, etc. Batalla frontal (en nuestras mentes al menos!) contra la ceguera institucionalizada! Esa que Saramago nos enseño a distinguir tan magistralmente! Finalmente logramos convencer a alguien (gracias! gracias!), obtuvimos el apoyo, y desarrollamos uno de los proyectos más bellos y estimulantes de ciencias y conservación que se haya realizado en la zona. Y los resultados están a la vista, disponibles no sólo para los 26 niños de Puerto Edén, sino para los otros miles de la Región, el país, e incluso otras partes!

Niños de Puerto Edén, en visita a Fiordo Témpanos para visitar poblaciones de huemul (P Etchegaray)

Niños de la Escuela de Puerto Edén aprendiendo de la ecología de los huemules (Foto P Etchegaray)
Hoy hemos dado un nuevo paso para integrar a comunidades "aisladas" y "pequeñas" al mundo global de la conservación. En conjunto con el Depto. de Arquitectura de la Universidad Santa María de Valparaíso, y con el apoyo de Disney, estamos trabajando con la única escuela de la localidad de Cameron (Comuna de Timaukel) en Tierra del Fuego. Seguro todos saben (seguro....), pero debo decir que esta comuna es la más sureña de esta isla, y tiene una población de casi 500 personas, distribuidas en cientos de kms a la redonda. Esta escuela recibe 7 niños. Y nosotros estamos ahi para ellos, promoviendo el conocimiento y uso de energía eólica, limpia, y divertida. Y conectándolos con tantos otros niños en el mundo! Denle una mirada a lo que hemos estado haciendo:



Tierra del Fuego es fuerte, y su viento más. Esperamos que apunte y mentenga nuestra veleta en la dirección correcta! Y que nos ayude e impulsar nuestras ideas y las haga volar! Por ahora el viento nos golpea la cara, y nos estimula y hace sentir vivos. Si además nos ayuda ayuda a generar energía, la que nos permite conectarnos a internet, qué más podemos pedir a Timaukel!?

domingo, 9 de enero de 2011

Patagonia sin represas!....de castores

Patagonia comenzó a llenarse de represas en el año 1946, cuando en el sur de Tierra del Fuego, en la orilla del Lago Fagnano, se liberaron 25 parejas de castores. La idea era "sembrar" estos animalitos, para que se reprodujeran a gusto, y en algún futuro, luego de crecer y reproducirse como dios manda, sirvieran para sustentar una empresa peletera. A alguien le pareció una excelente idea en ese momento, y muchos lo siguieron: capturando los castores en Canadá (desde donde son originarios), subiéndolos a un barco, llevándolos al otro lado del mundo, y soltándolos en un paraíso antípodas.

Los castores son trabajólicos, y su máximo interés es hacer diques para estancar el agua, que se genere una lagunita donde pueda instalar su casa en el medio. Este diseño arquitectónico, les permite ganar dos cosas: acceso a alimento (la vegetación que rodea las lagunas) y refugio (su casa es su castillo, y la laguna el foso). Es ideal...en Canadá, donde la vegetación puede regenerar naturalmente, luego de ser inundada y comida por estos bichos, y donde hay depredadores como osos, que justifican tamaño desarrollo inmobiliario.


Represa de castor en riachuelo de Karukinka, Tierra del Fuego (foto WCS)


Represa de castor en riachuelo de Karukinka, Tierra del Fuego, con casa de castor ("vivac") al centro (foto WCS)
En Tierra del Fuego, en un lugar donde la vegetación nunca conoció castor alguno, y donde no hay depredadores naturales para este bicho, efectivamente se dieron al libre albedrío de gozar y poblar este archipiélago. Las 25 parejas se reprodujeron y colonizaron gran parte de la Isla Grande y muchas de sus islas adyacentes. Su población se fue a las nubes (se estima hoy superior a los 60.000 individuos), y ocuparon todos los hábitat que encontraron: bosques, turberas, estepa, la zona alto andina, donde incluso llegan a usar rocas para hacer sus represas! Hay islas, como la Isla de Navarino, donde prácticamente todas las cuencas han sido invadidas por esta plaga.

Bueno, y cuál es el problema con ellos? Son animales tan simpáticos, sus construcciones asombrosas, incluso un buen ejemplo de trabajo para nuestra gente! Ya conocen el dicho "Busy as a beaver"...

El problema con los castores, como con gran parte de las especies invasoras que pululan por Chile, es que tienen efectos devastadores sobre la biota nativa, lo que no sólo atenta sobre el patrimonio natural de nuestra tierra, sino que afectan actividades económicas críticas para nuestro país. No sólo las actividades económicas de hoy, sino especialmente las que esperaríamos poder realizar mañana.

Cuenca de Tierra del Fuego sin castor (foto A Schiavini)


Cuenca de Tierra del Fuego, luego del paso de castores (foto WCS)
La actividad castoril tiene diversos y dramáticos efectos sobre la biodiversidad de Patagonia. Por nombrar sólo algunos, les cuento que han destruido directamente por consumo o anegamiento, gran parte de los bosques de "protección" (los que están directamente asociados a los cursos de agua) que ayudan a mantener justamente el balance de agua en las cuencas. Desde el aire, los bosques se ven heridos por llagas profundas, franjas en forma de cintas grises, el legado del paso de los castores que deja árboles muertos en pie.


Bosques de Tierra del Fuego "heridos" (en gris) luego del paso de castores (foto WCS)
Al hacer los diques, el agua se estanca, disminuyendo su calidad, transformando los claros riachuelos, en fétidas pozas. Estos ríos contaminados ya no cumplen adecuadanebte sus funciones naturales, especialmente aguas abajo, donde se interrumpe la provisión de agua, y la poca que llega está contaminada por sedimentos. Por cada colonia de castor hay varias represas. Hagan un cálculo rápido, y se darán cuenta de que el problema de las represas en Patagonia es una brutalidad humana!

La vista de las cuencas patagónicas luego del paso de castores es dramática. Es como vivir el "día después de mañana", o despertar dentro de una pesadilla de Mad Max (la primera versión). Y eso que sólo vemos la destrucción directa de los árboles, no la de la fauna acuática que usaba los ríos, o la vegetación más pequeña como hierbas, o las aves que habitaban esos bosques, ni se observa la contaminación de las aguas.

"Bomba atómica", perdón, "bomba castoril" en una cuenca de Karukinka, en Tierra del Fuego (foto WCS)
Por muchos años, el problema de los castores no interesó a nadie. Después de todo, estaban "aislados" y confinados a Tierra del Fuego. Y ese lugar queda bastante más al sur de Rancagua, no? Por qué preocuparse! El problema es que desde hace unos años se las arreglaron para cruzar el Estrecho de Magallanes, y alcanzar el continente Sudamericano. Y hoy amenazan todos los ecosistemas forestales, agrícolas, altoandinos, acuáticos, que existen de sur a norte en nuestro país, y en nuestra vecina Argentina. Dejaron de ser un fantasma, para constituirse en lo que quizá sea el mayor problema ambiental de la región. Afectando no sólo los árboles y ríos, sino las bases ecológicas que sustentan la producción forestal, agrícola e incluso acuícola de nuestro país. Si no hacemos algo ahora, estamos viviendo, sin darnos cuenta, el inicio de una otra pesadilla nacional. Un reality colectivo, una "crónica de una muerte anunciada".

Pero no hay mal que por bien no venga (decimos los shilenos con nuestro extraordinario ñeque criollo!). Los castores nos han abierto la posibilidad de pensar en hacer algo al respecto! Y más aún, de hacerlo en conjunto, de manera coordinada. Y casi un sueño, de hacerlo bien! Pero eso es historia para otra nota (que ya se está escribiendo, no sólo por mi, sino por un montón de gente que está tabajando en hacer algo para enfrentar este problemón!). Ese es un posteo para más adelante. Ahora ya debo irme a dormir!

miércoles, 5 de enero de 2011

A por él!

Esta es mi primera vez en el mundo "líquido" (como lo llama Gabriel Bunster) del internet. Ya no seré más una consumidora externa, un vampiro. He decidido meterme directo al torrente, e intentar nutrirlo con mi propia savia. ¿Por qué esto? Porque tengo ganas de llegar a ustedes, los tantos miles de miles de cabezas y corazones que pueblan este espacio, y aportar con algún nutriente que pueda saciar parte de sus apetitos. Espero abrir muchos otros! acercando a sus ojos, el trabajo maravilloso que hacemos, especial pero no únicamente, en Tierra del Fuego. Quiero aprovechar este torrente para acercarlos a paisajes maravillosos, a ideas estimulantes, a haceres novedosos. Llegar como aire fresco patagónico a sus pulmones.

Tengo cierta claridad desde dónde estoy partiendo, y una idea dónde quiero llegar. Pero por ahora sólo espero aprender a moverme en este espacio, a usarlo con soltura, y dejarme llevar. Entrar al fluido, y sentir que avanzo. Si alguien por ahí avanza conmigo mejor! Si más adelante muchos lo hacen…un sueño!

Voy entonces!

Guanacos con el Lago Fagnano atrás, atentos para conocer los comentarios de Bárbara sobre Tierra del Fuego! (Foto de mi socio Muza)

martes, 4 de enero de 2011

Homenaje Premios Nacionales en Ciencias-Sociedad Ecología de Chile

DISCURSO DE BIENVENIDA
Bárbara Saavedra

Muy buenas tardes. Muchas gracias a todos por acompañarnos en esta singular y estimulante celebración.
Primeramente quiero agradecer a nuestros socios en esta organización: a la Iniciativa Científica Milenio, en nombre de su Director Ejecutivo, Claudio Wernli. Su apoyo ha sido eficiente, efectivo y generoso. Esperamos poder construir sobre esta experiencia futuras actividades conjuntas.

En segundo lugar a nuestros nuevos socios formales: el Ministerio del Medio Ambiente, por haber apoyado esta idea desde un principio.

Agradezco especialmente la presencia de la Ministra María Ignacia Benítez, quien da realce a este homenaje, y releva el interés del Ministerio por el quehacer de los ecólogos Chilenos. Un interesante camino se abre para nosotros gracias al recién firmado Acuerdo de Cooperación entre este Ministerio y la Sociedad de Ecología de Chile, el cual esperamos nutrir del trabajo y visiones de ecólogos nacionales de gran talla.
Agradezco a la Academia Chilena de Ciencias, por haber hecho eco de esta iniciativa y acogernos en su seno.

El homenaje que hoy nos convoca tiene especial significado para nuestra Sociedad. En primer lugar, es primera vez (esperamos no sea la última!) en que dos miembros SOCECOL son honrados con tan alta distinción y de manera simultánea. Reciba cada uno: Mary Therese Kalin Arroyo, y Juan Carlos Castilla, nuestras más profundas y sinceras felicitaciones por tan grande logro.

Vuestro premio honra a SOCECOL entera, y tengan la certeza que haremos nuestro mejor esfuerzo por realzar el trabajo de nuestra Sociedad en retribución a ello.



Homenaje Premios Nacionales de Ciencias, realizado por la Sociedad de Ecología de Chile y la Iniciativa Científica Mileno. De izquierda a derecha: Dr. Juan Carlos Castilla (Premio Nacional de Ciencias Aplicadas), Claudio Wernli (Director Ejecutivo ICM), Dra. Bárbara Saavedra (Presidenta SOCECOL) y Dra. Mary Kalin (Premio Nacional de Ciencas)

La Sociedad de Ecología de Chile, es una sociedad científica joven. Nacida recién en el año 1992, que agrupa a parte importante de los ecólogos profesionales chilenos, los cuales desarrollan y emplean la disciplina fundamentalmente desde ámbitos académicos, así como desde diversas posiciones públicas, privadas, ONGs, Organismos internacionales, tanto en Chile como en el extranjero.

El principal Objetivo de SOCECOL es promover y estimular el desarrollo de las ciencias ecológicas en nuestro país, a través de diversos mecanismos. Valga destacar esta tarde, que gracias a nuestros galardonados, esta tarea se nos ha hecho mucho más sencilla, pues no podríamos haber pedido mejores embajadores. Por lo que van nuestros agradecimientos a ellos por eso también.

En segundo lugar, el reconocimiento entregado a Mary Kalin con su premio Nacional en Ciencias Naturales, y a Juan Carlos, con su premio Nacional en Ciencias Aplicadas, nos recuerdan la labor dual en la que muchos de los ecólogos se ven enfrentados día a día:

Por un lado a moverse desde dentro de la disciplina trabajando para expandir la frontera del conocimiento ecológico, y por otro, a abordar con las herramientas que derivan de ese trabajo problemas de diversa naturaleza, cercanos al/ y del/ interés del público en general, o de importancia estratégica para el desarrollo de nuestro país.

Cualquiera sea el ámbito de trabajo en que los ecólogos prefieran desarrollarse, la obra de nuestros galardonados nos indica un solo camino: el de la excelencia. Gran desafío para nuestro trabajo societario.
Especialmente reconocido es el rol que las ciencias ecológicas pueden jugar en la resolución de diversos problemas ambientales contingentes. En este sentido SOCECOL espera recoger el desafío de trabajar activamente para desarrollar y fortalecer vínculos con otros ámbitos de la Sociedad nacional, tanto públicos como privados, que permitan promocionar nuestra disciplina, e integrarla a procesos de toma de decisiones que le competen.

El ejemplo entregado en ese sentido por Mary y Juan Carlos, quienes han integrado activamente la ecología a quehaceres más amplios que el puramente académico, nos sirve de modelo, y en muchos casos de guía para nuestro trabajo.

Afortunadamente no estamos solos en este camino, tal como lo demuestra la firma del Acuerdo entre SOCECOL y el Ministerio de Medio Ambiente. Esperamos desde esta interacción, crear un espacio nuevo y positivo que permita y facilite la colaboración de nuestros asociados al desarrollo de nuestro país.
Una tarea importante en este sentido es la de innovar en la creación de mecanismos que promuevan esta integración, ponerlos a prueba y demostrar su efectividad. Crear espacios en los que se favorezca el desarrollo de investigaciones de punta, en temas prioritarios nacionales, o lograr integrar la expertisse de ecólogos y grupos de trabajo a discusiones sobre políticas de investigaciones medioambientales de manera sencilla y efectiva. Son éstos un par de ejemplos deseables de explorar en los próximos años.

Casi al terminar este año bicentenario, no podemos sino proyectarnos 200 años hacia el futuro, e imaginar el aporte que las ciencias ecológicas podrían hacer a Chile. Que el ejemplo de nuestros galardonados nos sirva como fuente de inspiración para transitar este camino, y nos marque una senda de excelencia y entrega para con la disciplina y con el bienestar de nuestro país.

Muchas Gracias.