Nos invitaron a hacer un "ejercicio" en que nos pedían "soñar" esta opción verde, imaginando que estábamos en el año 2020, y ya habíamos llegado a donde queríamos llegar. En 15 minutos nos pidieron que escribiéramos qué veíamos en ese momento, o qué habíamos hecho en los años anteriores para poder llegar allí.
Bosque de lenga de Karukinka, Tierra del Fuego, Chile (Foto W Alvial) |
En esos 15 minutos alcancé a soñar 4 cosas:
Soñé que en el año 2020, ya no se habla en singular y todo el mundo habla de los "ecosistemas forestales", en vez de hablar del "sector forestal". Hablar en plural es el resultado de pensar en plural, y reconocer que existe diversidad, y en el caso de los ecosistemas forestales, inmediatamente se piensa en bosques nativos y plantaciones.
Y dentro de bosques nativos tenemos toda la variedad de bosques que existen en Chile, desde la Pampa del Tamarugal en el norte, o el bosque esclerófilo del cerro La Campana, o el matorral de las serranías cordilleranas de Santiago, o los bosques de espino en el valle central de Chile, o los bosques de roble de Vilches, o los bosques de araucarias de la Araucanía, o el prodigioso bosque valdiviano, o los bosques costeros de la región de los lagos, o los bosques de ciprés de la guaitecas en Magallanes, o los bosques de lenga y canelo de la costa de Tierra del Fuego, entre muchos otros! Todos chilenos, todos nativos, todos importantes.
Y dentro de las plantaciones tenemos todas las variedades de plantaciones de árboles que podamos inventar, las archi extendidas plantaciones de pino o eucalipto, de robles, plantaciones grandes, chicas, plantaciones con matorrales en el suelo, o plantaciones limpias sin una brizna de pasto en sus base. Plantaciones que resguardan bosques nativos, plantaciones o extracción forestal hechas en base a nativos, manejadas por empresas o asociaciones. Unas mejores que otras, pero si pensamos en plural, al menos tendríamos la alternativa de elegir. No les parece?
Lengas explotadas en Tierra del Fuego (Foto C Edwards) |
Soñé también que los ecosistemas forestales chilenos que estaban reservados de la explotación maderera y que estaban dentro de áreas de protección se integraban activa y fuertemente a las economías locales. Soñé que esto pasaba desde Arica a Magallanes. Cada comunidad en sintonía con un área protegida cercana, valorada, usada, cuidada. Soñé que estas áreas eran instrumentos de lujo para generar conocimiento, proveer servicios, recibir visitantes.
Bosques de lenga, Parque Karukinka, Tierra del Fuego (Foto R Muza) |
Y también alcancé a soñar que el "sector forestal chileno" se había transformado en el (pro)motor de la Cultura de la Conservación en Chile, y que había "arrastrado" a otras industrias nacionales como la minería, acuicultura, urbanismo, agricultura, turismo, y tantas otras industrias nacionales, las cuales abrazaban este concepto, lo practicaban día a día y le daban sustentabilidad a nuestro desarrollo nacional.
Bueno...de vuelta a la realidad, y siendo un componente marginal del "sector forestal" actual de Shile, regreso a mi "trinchera": Karukinka. Desde donde estamos trabajando para conservar las masas forestales más importantes (en extensión y calidad) que existen en el mundo a esa latitud y aportando al desarrollo de una cultura local de conservación, que permita dar futuro a esas australes regiones.